Todo el ritmo y la alegría de la música tropical se vivirá esta noche desde las 21, en el Club Floresta (Av. Colón 471), cuando suenen los tambores y los bronces de La Delio Valdez.

La banda de 15 integrantes, con la cantante colombiana Ivonne Guzmán como voz principal, junto a Black Rodríguez Méndez, está presentando su disco “El tiempo y la serenata” con una gira por el país, después de haber llenado tres Luna Park y haber ganado tres premios Gardel (mejor grupo tropical, mejor canción tropical y mejor video, con “Noche de cumbia”).

El grupo hará temas de su mencionado tercer disco y otros éxitos de su repertorio.

En diálogo con LA GACETA, el clarinetista Santiago Moldovan, uno de los fundadores de la banda, habló sobre el modelo de armado instrumental que eligió la Delio por influencia de las agrupaciones colombianas. También comentó sobre el proceso de grabación del disco, que les ayudó a superar los inconvenientes y la angustia provocados por la pandemia. Además, explicó cuáles son los pro y los contra de organizarse como una cooperativa, que es la forma de trabajo elegida por el grupo.

- ¿Por qué optaron por percusión e instrumentos de viento?

- Cuando empezamos a tocar, hace 13 años, teníamos la mirada puesta en las orquestas clásicas de cumbia de los años 60 y 70, como las orquestas de Lucho Bermúdez, de Pacho Galán, de Pedro Laza... Muchísimas hay. Esas formaciones tienen muchos vientos e instrumentos de percusión. Pero con el tiempo también fuimos encontrando nuestra propia identidad. La Delio cuando empezó tocaba covers (versiones) y con los años todo ese ejercicio nos fue permitiendo empezar a expresarnos nosotros mismos, hacer nuestra letra y música propia, y eso redefinió también a la banda porque apareció un sonido diferente, una fusión con otros géneros e influencias de músicas más actuales.

- ¿Cómo fue la experiencia del Luna Park?

- Fue hermosa. Un show para el que trabajamos muchísimo, con muchos meses de anticipación. En realidad, todo el proceso del disco fue muy especial. Lo comenzamos a grabar en la pandemia, en un momento muy complicado económicamente para nosotros. No podíamos trabajar y el sustento de todo el equipo estuvo muy complicado. Tuvimos que rebuscárnosla para sobrevivir y, además, la incertidumbre emocional, como lo fue para todo el mundo. Hacer este disco nos permitió poner la cabeza en la música y no pensar en tantas cosas que nos preocupaban. Por otro lado, se fue haciendo difícil presentar el disco por otras circunstancias, como el embarazo de Ivonne (la cantante, que tuvo un bebé hace nueve meses) y porque otros chicos también fueron padres. Finalmente llegó este momento, que es el más lindo porque la gente empieza a hacer suyas las canciones, a disfrutarlo y a cantarlo. Fue espectacular el amor de la gente. En la gira por el país es un afecto que se replica en todos lados.

IVONNE GUZMÁN. La colombiana, ex Bandana, es la cantante del grupo la delio valdez - foto de @caropedace

- ¿Es complicado manejarse como una cooperativa?

- Tiene muchas ventajas y algunas pocas contras, como por ejemplo tener que estar tomando decisiones consensuadas todo el tiempo. Todo hay que discutirlo, ponerse de acuerdo, y tener algunos espacios institucionales que son necesarios: las asambleas, las votaciones, las revisiones de balances. Pero eso tiene que ver con toda la otra contraparte, que es lo enriquecedor y lo sólido del trabajo colectivo. No hay un patrón, un jefe, sino un grupo de personas con la misma jerarquía, con una organización horizontal tirando para adelante, sumando. La suma de las fortalezas individuales siempre es más poderosa. Las decisiones que decantan de lo grupal tienden a ser las indicadas. A pesar de que algunos procesos son más lentos y tediosos, permiten avanzar con seguridad porque corrés con la ventaja de que hay un grupo de personas grandes sosteniendo toda la estructura. A veces, en proyectos más individuales es difícil sostenerlo porque todos, en lo individual, vivimos momentos buenos o malos. Y en este último caso, esos momentos malos quedan muy expuestos. En ese sentido, la cooperativa y lo grupal nos protege. A nosotros nos permitió profesionalizarnos como músicos y formalizarnos en un rubro que en general es muy informal para el trabajo. Los músicos generalmente no tenemos sueldo fijo, aguinaldo, vacaciones ni obra social. A nosotros la cooperativa nos permitió generar todas esas cosas.

Orígenes de un ritmo

Con respecto a la magia que tiene la cumbia sobre el ánimo de las personas, por su capacidad para infundir ganas de bailar, el músico comentó en otra reciente nota con este diario:

“La cumbia es un ritmo que surge en la época de la colonia, en Colombia, entre el mestizaje de los pueblos originarios, los esclavos provenientes de África y los conquistadores españoles -señaló-. Me parece que, un poco, la función social y ritual que tenía la cumbia era la de exorcizar la pena. Después de un día de trabajo en esclavitud se armaban estas ruedas de cumbia donde se juntaban a bailar, a la luz de las velas. A través del baile, del encuentro, se sacaban de encima todo el pesar, los demonios y la angustia. Creo que, salvando las distancias, no es muy diferente lo que pasa hoy. La gente en los barrios de toda Latinoamérica, después de laburar toda la semana, lo que va a buscar al baile es eso también: sacarse todo el yugo de la sociedad moderna, del capitalismo, liberarse, encontrarse con otro, bailar. Es algo muy primitivo y muy poderoso. La cumbia es algo muy fuerte, que no se debe subestimar. Un folclore colombiano que se esparció por todo el continente. Todos los países generaron su forma de tocar la cumbia, su propio estilo, y la sienten como un folclore propio”.

Potente formación

La Delio Valdez cuenta con una sección rítmica a cargo de Pedro Rodríguez (voz, timbal con bombo y tambora), Sebastián Agüero (tumbadoras), Tomás Arístide (gü̈iro y/o maracón), Marcos “Pollo” Díaz (bongó y tambor alegre), Juan Albornoz (percusiones varias), Manuel Cibrián (voz y guitarra), León Podolsky (bajo eléctrico) y una sección de vientos a cargo de Agustina Massara, Pablo Broide (saxo alto y tenor), Santiago Moldovan (clarinete), Milton Rodríguez, Damián Chavarría (trombones), y Pablo Vázquez Reyna y Agustín Zuanigh (trompetas).

Durante sus recitales en el Luna Park, el grupo recibió como músicos invitados -en diferentes momentos- a ilustres visitantes como Chango Spasiuk, La Bersuit, Richard Rosales (guitarrista de Ráfaga) y a los Hermanos Méndez, entre una extensa galería de artistas.