Una de las posibilidades que se consideraban es que el médico fallecido como consecuencia de los denominados virus intrahospitalarios. “La mayoría de las infecciones intranosocomiales son bacterianas, no hay infección cero intranosocomial. Cada institución tendría que tener su equipo de prevención y control de infecciones para evitar que los trabajadores de esa institución adquieran alguna infección para evitar que las personas que ingresan por una patología no tengan intercurrencias de otras enfermedades por las que no ingresaron, sino que las adquieren adentro de la internación, después de 48 horas de haber ingresado”, explicó la infectóloga Adriana Bueno.

La jefa del Servicio de Clínica del Hospital Regional de Concepción señaló que las medidas de bioseguridad tienen que ser rigurosas. “Eso se hace a través de una supervisión continua del cumplimiento de las normativas, con auditores de los procedimientos. La higiene hospitalaria es un tema importante, esta no consiste en baldear un lugar, hay procedimientos, normativas o un método absolutamente distinto a seguir”.

La secretaria adjunta del gremio de Sitas afirmó que se debe analizar qué es lo que está ocurriendo puertas adentro de las instituciones de salud. “Es un tema que no se debe y no se puede esquivar más, tanto en la salud pública y como en la privada, especialmente, donde los sistemas de contralor interno quizás no estén verificados, no estén auditados y no tenemos la certeza de si las normas de bioseguridad están totalmente cumplidas, si las normas para un quirófano seguro se cumplen, así como todas las normas de bioseguridad, respecto del personal”, manifestó.

La médica afirmó que la actividad de los trabajadores de la salud se vuelve peligrosa si no disponen de los elementos de protección personal, en calidad y en cantidad. “Si contamos con normativas, con un método de trabajo, con la supervisión de que estas normas se cumplan y con los elementos de protección personal, no debería ser una actividad peligrosa. Para eso, cada lugar de atención, cada nosocomio, sea hospital o sanatorio, tiene que tener su equipo en control de infecciones que asegure que el personal va a trabajar en condiciones seguras y que el paciente que ingresa no va a adquirir una enfermedad por la que no entró, después de las 48 horas de iniciada su internación para evitar lo que se denominan las infecciones cruzadas”.

La infectóloga expresó que con mayor frecuencia, algunos sanatorios están en las noticias porque “cuentan con médicos que no son tales, o se rumorea que tienen enfermeros que no los son, que tienen estudiantes, en lugar de médicos, trabajando. Entonces algo está pasando en el sector de la salud, que está tan deteriorado, no solo en las condiciones salariales de su personal que hace que trabaje permanentemente en distintos lugares. Una persona cansada, que no ha dormido lo que corresponde, obviamente no está en condiciones de cumplir ninguna normativa y con el tiempo se vuelve indiferente. Se produce el burnout, que es cuando a esa persona nada la conmueve y todas sus decisiones están totalmente sesgadas por esa suerte de cansancio, de falta de reconocimiento y por supuesto, con una precariedad salarial y laboral importante. Porque tenemos que decir que la mayoría del personal, por lo menos médico, que trabaja en los sanatorios, no todos están en relación de dependencia, entonces tienen una situación precaria de relación”, aseveró.

Respecto de este mal cuya etiología aún se desconoce, la doctora Bueno dijo que “los especialistas tenemos que ser alertados, quizás todo termine acá y sea un brote que se pueda bloquear, pero pueden ser los primeros casos de algo nuevo y tenemos que estar atentos. Y para eso, el que está llamado a ser el nervio motor, el conductor de esta situación, es el Estado que tiene el conocimiento, la tecnología y la gente capacitada para poder hacerlo e informar con veracidad lo que está pasando sin especulaciones”.