El uso de dispositivos tecnológicos antes de ir a dormir se ha convertido en una costumbre para los jóvenes, aunque también para los adultos. Pueden pasar horas revisando las historias de Instagram, hablando por WhatsApp, mirando una serie o película, jugando videojuegos o viendo televisión hasta lograr conciliar el sueño.

Un estudio elaborado por el laboratorio francés "PiLeJe" reveló que el 52 % de los adolescentes consultan sus dispositivos electrónicos siempre o casi siempre antes de descansar. Ese porcentaje se incrementa hasta el 68 % entre los 15 y 17 años. Además, señaló que el 55 % de los encuestados reconocieron que no controlan el tiempo que pasan con sus teléfonos y que le dedican más tiempo del que desearían.

Esta práctica que se realiza de forma inocente se la conoce como: "Vamping tecnológico". Si bien no es nueva, se ha visto potenciada por la pandemia de coronavirus SARS-CoV-2. LA GACETA dialogó con especialistas para conocer cuál es el impacto que puede llegar a tener en la salud.

"El término ‘vamping’ comenzó emplearse aproximadamente en 2016 para hacer referencia al uso de la tecnología durante la noche. Un fenómeno hoy en día común entre los adolescentes", explicó la jefa del Servicio de Neurología del Hospital Nicolás Avellaneda, Daniela Graci.

Y prosiguió: "Este hábito, tan naturalizado, repercute negativamente en la calidad del sueño porque produce distintas alteraciones. Las pantallas emiten una luz (azul) que confunde al cerebro y provoca que no se libere una hormona conocida como melatonina que se encarga de darle una serie de señales para que vaya activando todas las funciones del sueño".

En tanto, el neurólogo Martín Maldonado agregó que la exposición a luz artificial durante la noche afecta al ritmo circadiano que regula el ciclo vigilia-sueño (estar despierto - estar dormido). "Para tener una buena salud debemos saber que es necesario que este sistema funcione correctamente. Es decir, durante el día necesitamos la luz, pero a la noche la oscuridad debe estar presente para evitar esos estímulos que nos mantienen activos", indicó.

"El sueño es vital para el ser humano, ya que no solo sirve para descansar, sino que en él se consolidan funciones vitales, ejes hormonales, memoria, entre otras. Por todo esto es tan importante no recortar las horas de sueño. Tengamos en cuenta que las mismas van disminuyendo con el paso del tiempo", remarcó el especialista en sueño.

Prestar atención

La consecuencia más evidente del uso de dispositivos antes de dormir es una baja calidad del sueño. Pero, esta práctica puede ir más allá y terminar provocando problemas de salud. El titular de Servicio de Neurología del Hospital de Niños, Luis Pasteris lo explicó: "Nunca debemos perder de vista que el sueño es un proceso reparador para el cerebro".

"Al alterarlo pueden aparecer diversos contratiempos. Por ejemplo, algunas formas de epilepsia, porque al suprimir un ciclo de descanso normal, el cerebro se puede predisponer a que aparezcan problemas que teníamos escondidos", completó.

Foto tomada de: sabervivir.es

El neuropedíatra señaló que una hora y media antes del descanso se recomienda dejar los dispositivos a un lado. Es decir, si una persona se acuesta a las 23 debería dejarlos a las 21.30 aproximadamente. 

"Además del tiempo debemos prestar atención al tipo de contenido que consumimos. No es lo mismo haber escuchado una música que nos agrada que ver una película de acción. Si recibimos una estimulación sumamente excitatoria lograr un sueño reparador va a ser muy difícil", cerró.

Consejos

Establecer límites, especialmente durante la etapa de la adolescencia, no es una tarea sencilla para los padres. Incluso, muchos de ellos tratan de evitarlo para no generar situaciones de tensión con sus hijos.

La psicóloga Cecilia Belén Benito consideró que esa postura es sumamente negativa porque el empleo indebido de la tecnología puede desencadenar distintos tipos de patologías como cambios de humor, irritabilidad, lentitud en el aprendizaje, ansiedad, dolores musculares, entre otras. "Es necesario que las mamás y los papás puedan observar el uso que hacen sus hijos de estos dispositivos y puedan establecer pautas", manifestó.

Para mejorar la comunicación y que no se transforme en un problema el "vamping", la especialista psicóloga especialista en niños y jóvenes brindó estas pautas: "se deben fijar horarios y tiempo de uso, monitorias los sitios que visitan los chicos (especialmente en la noche donde suelen estar más expuestos a contenido inapropiado), evitar la exposición a las pantallas antes de dormir, y en caso de prohibirles su uso proponerles otras alternativas", cerró.

Producción periodística de Nicolás Córdoba