La industria sucroalcoholera tucumana es una de las actividades más importante de la provincia. Como tal, genera residuos que deben ser manejados adecuadamente para evitar daños al ambiente.
“De manera permanente se realizan investigaciones, con el fin de generar herramientas que permitan alcanzar ese objetivo. Por supuesto que todo esto se logra con el apoyo del sector privado y de técnicos y productores que están convencidos de trabajar de manera conjunta con nosotros”, señaló Carolina Sotomayor, de la sección Suelos y Nutrición de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).
En suelos regados con vinaza se logró mayores rindes de azúcar por haLa vinaza es un líquido derivado de la producción de bioetanol, resultante de la fermentación de mieles y/o de jugos de caña de azúcar.
Se trata de un compuesto con un alto contenido en materia orgánica, sales minerales (principalmente de potasio) y agua (90%, en promedio). Este efluente de la industria sucroalcoholera admite diferentes alternativas de manejo. La más difundida entre estas -incorporada por la industria local- es la de su disposición en suelos de la provincia; sean productivos, sean de baja o de nula capacidad productiva.
Sobre la base de informes técnicos de la Eeaoc -fundados en ensayos progresivos iniciados durante la década de 1980 y vigentes actualmente-, destinados al aprovechamiento de la vinaza con reducción del riesgo ambiental, la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia emitió dos resoluciones.
Antecedentes
“La vinaza es usada en suelos cañeros; existen antecedentes locales e internacionales que resaltan la factibilidad de la aplicación de vinaza cruda o diluida en agua en suelos cañeros, en procura de realizar aportes nutricionales mediante el aprovechamiento de sus principales constituyentes (materia orgánica, nitrógeno, potasio)”, contó Sotomayor.
El 100% de la vinaza obtenida en Tucumán se dispone en suelosPrecisó que la cantidad aplicable dependerá de las características del suelo destino (contenidos salinos y textura, principalmente), del régimen de lluvias de la región y también de los aspectos positivos o potencialmente negativos para el suelo y para los cultivos, de forma que el uso de vinaza mejore o, al menos, mantenga la capacidad productiva.
En el caso del uso de vinaza cruda, experiencias de la Eeaoc remarcan que pueden incorporarse dosis de 150 m³ por hectárea al año, directamente sobre la trocha del surco cañero, o bien de una lámina de 300 m³ por hectárea al año sobre la totalidad del área bajo cultivo (preplantación). “Las labores de preparación del suelo para la plantación favorecen la incorporación y la integración del efluente con su fase sólida”, puntualizó la especialista.
Remarcó que los implementos utilizados deben asegurar una homogénea distribución del líquido con la utilización de equipos de riego como enrolladores, aspersores fijos y otros.
Diluida
En el caso del uso de vinaza diluida en el agua de riego, Sotomayor explicó que se recomienda una lámina que equivalente a 150 m³ por hectárea al año de vinaza cruda. Las diluciones deben ser superiores a 1/10. El diseño y manejo se rigen según las pautas generales para riego por surco.
Vinaza: el desafío de convertir sus defectos en virtudes“Esta alternativa es recomendada solo para lotes cañeros que manifiesten contenidos bajos de sales, de potasio y de materia orgánica, con contenidos de sales solubles por debajo del crítico para caña de azúcar (2 dS/m). De lo contrario, podría verse afectada la capacidad productiva de los suelos”, advirtió la especialista.
Toda esta información puede ser ampliada en un informe que fue publicado en la revista Avance Agroindustrial de la Eeaoc, sobre el actual manejo de la vinaza en la industria sucroalcoholera de Tucumán.