Aunque su público general son los adolescentes y jóvenes, una de las tendencias que sorprende en TikTok es la cantidad de adultos mayores que se suman a esta red social. Ellos no sólo se divierten, sino que usan la plataforma para cuestionar estereotipos sobre la vejez o para reírse de los equívocos que generan los prejuicios “viejistas”; todo con cientos de miles de seguidores que claman “adóptame”.

“Le quiero tirar ‘hate’ a esta vieja pero me da ternura”, es el comentario que le habían hecho en TikTok a Mirta Bernardotti (79) -la “abuela hippie”- y que ella contestó en uno de sus videos más populares, de 150.600 likes.

“A mí no me tienen que tirar ‘hates’, al que se le ocurren esas cosas es a mi nieto, al tarado ese que ven ahí, que se cree inmune porque pertenece a la comunidad LGGT…¿cómo es?, LGBTTT”, dice mientras señala a su cómplice, Demian de 23 años, sorprendido de espaldas mientras se prepara un café.

Tita Zacharías (66 años), en tanto, cosechó más de 57.500 likes con un video que la muestra con su nieto Joaquín (21), haciendo una coreografía que es tendencia, para festejar que había llegado a los 600.000 seguidores.

Creada en 2017, ocho de cada 10 usuarios que hay en TikTok son menores de 25 años. Los adultos mayores son una minoría: según el portal Statista, sólo el 0,36 % de quienes producen contenido en esa plataforma son mayores de 55.

A pesar de cultivar un humor muy diferente, la salteña Tita y la bonaerense Mirta tienen muchas cosas en común: ambas son viudas, abuelas presentes, están estudiando, les encanta bailar, viajan siempre que pueden y tienen el cabello teñido de violeta.

“Durante la pandemia: un día vino mi nieto y me dijo 'abuela, ¿te animás a hacer un TikTok?'. Yo le dije que sí de una y después le pregunté '¿qué es?'. Los primeros fueron de experimentación, después lo fuimos mejorando gracias a él. ¡Y también a mí que soy una cara rota!”, contó Mirta a Télam.

En cambio, Tita ya había sido reconocida como “creadora de contenido” antes del coronavirus. “Yo llegué de casualidad, en un mal momento de mi vida, cuando una sobrina me pidió que hagamos un video (2018). Después continué porque me sirvió de compañía, de terapia y me ayudó bastante con el duelo por la muerte de mi marido”, contó a la agencia de noticias.

Cada una con su estilo, se muestran activas, independientes, empoderadas y con mucha vida social. Nada más lejos del estereotipo que remite a una vejez en soledad, de depresión, escasez de recursos y de un tiempo monopolizado por la enfermedad o por el trabajo impago de cuidar nietos.

“Finalmente la edad es sólo un número, una limitación que existe dentro de nuestra cabeza porque mientras estemos sanos y nuestro cuerpo nos lo permita, podemos hacer deporte, bailar, salir, pasear, vestirnos como nos dé da la gana -como hago yo-”, contó Tita.

A las dos les tocó lidiar con usuarios que cuestionan duramente su presencia. “Al principio me decían ‘¿y este dinosaurio de dónde salió?’, pero eso ya pasó. Creo que los chicos, sobre todo menores de 15 años, se sentían ofendidos porque una abuela estaba ocupando ‘un lugar que no les correspondía’ porque si bien no hay límite de edad, la gente mayor antes no se animaba o le parecía una ridiculez.”, dijo Tita.