¿Tucumán tiene una de las tarifas del servicio eléctrico más cara de la Argentina? Según la Empresa de Distribución Eléctrica de Tucumán (EDET) esa apreciación no es correcta. En los últimos días circuló en las redes sociales un informe en el que se consigna que la factura mensual que recibe un usuario residencial de la provincia, con un consumo promedio de 300 kWh/mes estaba al tope del ranking nacional, con una facturación promedio de $ 6.894. El diagnóstico, elaborado por la cuenta de Instagram @argentinaendatos no tomaba en cuenta, entre otros criterios, el impacto de la tarifa social que abarca al 33% de los clientes de un padrón de 508.000 clientes locales. Tras las correcciones efectuadas en aquel diagnóstico (la cuenta la estimó en $ 4.460) y actualizadas a junio pasado, la compañía informó a LA GACETA que, en realidad, el promedio para esa franja de usuario es de $ 3.727, un 85% más bajo que lo estimado en el diagnóstico “Dispersión federal en la tarifa de la luz”.
La compañía, a su vez, observa que el consumo típico de un usuario tucumano es más bajo, de 250 kWh/mes, y con una facturación mensual de $ 3.047 promedio y de $ 2.253 para aquel que cuenta con el beneficio de la tarifa social. En ambos casos, el costo por abastecimiento representa $ 1.256.
Para los clientes de Tarifa Social el Valor Agregado de Distribución representa un 16% del total facturado, mientras que para un cliente sin Tarifa Social resulta de un 31%, aclara EDET, que acota que este año contribuyó con $ 2.200 millones para cubrir la tarifa social. De acuerdo con los datos de la distribuidora, los Clientes Residenciales que consumen hasta 250 kWh/mes representan el 64% del total de clientes del servicio en la provincia (323.000 casos incluyendo los beneficiarios de la tarifa social), mientras que otro 20% (99.000 medidores) consume hasta 400 kWh/mes.
Según EDET, de la totalidad de las facturas emitidas entre enero y junio pasado (casi 2 millones de facturas) a clientes Residenciales, el 81% correspondió a valores inferiores a $ 3.750 /mes (considerando el total facturado, es decir incluidos impuestos).
¿Por qué la boleta llegó con subas? Para explicar esta situación, los técnicos de la empresa distribuidora advierten que el usuario tiene que tomar en cuenta dos aspectos esenciales: el incremento del consumo eléctrico en el período (generalmente la comparación se efectúa de forma interanual) y los reajustes que se han autorizado tanto por el transporte y generación como por la distribución.
En los meses de invierno (junio y julio) se registró una mayor cantidad de días fríos en relación a los últimos años. Esto resultó en un marcado incremento en el consumo de energía, lo que a su vez incide en la variación de las facturas. Adicionalmente, la Secretaría de Energía de la Nación modificó el precio mayorista de la energía para clientes residenciales. Este valor pasó de $ 2.364/MWh a $ 2.981/MWh, es decir un incremento del 26% a partir de junio pasado.
Paralelamente, en abril se autorizó a la distribuidora a aplicar un ajuste por inflación que llegó a un aumento escalonado de hasta un 33,9% promedio para los usuarios residenciales, mientras que para los beneficiarios de la tarifa social es del 13,9% en tres cuotas (la última se aplicará este mes).