A Sergio Massa le llegó la hora de la verdad. Dejó la Cámara de Diputados en manos de la oficialista Cecilia Moreau en un viaje del que sacó pasaje de ida hacia el Ministerio de Economía, Agricultura y Desarrollo Productivo. “Mañana empieza otra etapa y sepan que desde mañana en esa nueva etapa que empieza voy a venir una y cien veces a esta casa, que es la casa del pueblo, de la democracia, a buscar que más allá de nuestras diferencias podamos darle a los argentinos en cuatro, en cinto o en diez temas, políticas de estado”, dijo ayer en el recinto de la Cámara Baja al despedirse de sus pares.
El líder del Frente Renovador es la última ficha que le queda al presidente Alberto Fernández para apuntalar la imagen de un gobierno que no es bien visto, en el manejo de la economía, por siete de cada 10 argentinos. El dólar sigue acechando. El Banco Central necesita más reservas para los compromisos que se vienen para la Argentina. Los acreedores miran esta situación con inquietud y le piden al flamante funcionario, que hoy asumirá el cargo, que tome medidas para modificar el escenario y, así, cambiar las expectativas. Massa asume, pero en una semana puede recibir otro cachetazo heredado por los desequilibrios no corregidos en la macroeconomía: una inflación que, en julio, rozará el 8%, cifra muy elevado para un comportamiento mensual en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). En este punto, necesitará recrear el poder adquisitivo de la sociedad que, frente al fenómeno inflacionario y a una cotización elevada de la divisa estadounidense, no le encuentra la vuelta para cubrir sus gastos hogareños. La Argentina, además, está inundada de pesos y de deuda nominada en moneda nacional con fuertes vencimientos a un año, estimado en $ 3 billones.
Pero, además, como señala un informe de Ecolatina, con su llegada, el Frente de Todos intentará dotar de volumen político la conducción de la economía para contrarrestar la crisis financiera en curso, ya que asume en responsabilidad directa uno de los tres socios de la coalición gobernante. Cristina Fernández de Kirchner le ha dado su bendición, al recibirlo en su despacho de la Cámara Alta. Sobre esa base, la integración de carteras implica un mayor grado de cohesión en la toma de decisiones para imprimir efectividad a la gestión de la política económica.
Estos cambios parecen entonces oficiar como un giro pragmático del Gobierno, que busca diferenciarse de la lógica previa de cortocircuitos que direccionaban el rumbo económico en sentido de colisión, sostiene la consultora privada. En otras palabras, esta sería la respuesta a los conflictos de origen político que agudizaron la incertidumbre, dificultaron la gestión, motivaron la renuncia de Martín Guzmán y explican gran parte de la gravedad del escenario económico actual.
Aún no hay definiciones sobre medidas concretas, pero el set de política económica plasmado en el acuerdo con el FMI continuará siendo la hoja de ruta hacia adelante, no necesariamente por convicción, sino por los limitantes que impone la realidad:
• No existe margen para ampliar el déficit fiscal dada la falta de fuentes de financiamiento (incluida la emisión monetaria).
• Incluso cuando no se amplíe el nivel de desbalance fiscal es necesario que el roll-over de la deuda en pesos continúe siendo positivo, por lo que no puede abandonarse la política de tasas de interés positivas en términos reales.
• Con los actuales niveles de dinámica inflacionaria, brecha y escasez de reservas no existe margen para aplicar un ancla cambiaria.
• Para desactivar expectativas de una devaluación forzada es necesario recomponer el poder de fuego del Banco Central (acumular reservas). En un acercamiento con el campo, Massa podría ofrecer un dólar especial a este sector para fomentar la liquidación y fortalecer así las reservas, señala Adcap Grupo Financiero.
• Abandonar el acuerdo supondría entrar en atrasos con el FMI, elevando el riesgo de una crisis desordenada.
Con esta hoja de ruta, los principales desafíos que tendrá la nueva conducción económica deben necesariamente distinguirse entre los urgentes y los de mediano plazo.
Según Ecolatina, en relación con los primeros, que estarían presentes hasta el primer trimestre de 2023, el foco estará necesariamente puesto en desactivar las expectativas de una inminente corrección desordenada del tipo de cambio, para lo cual el abordaje de las tensiones cambiarias seguramente tendrá una elevada prioridad en la agenda. En esta fase seguramente se ponderen las acciones relativas a la recomposición de las reservas (buscando incrementar la oferta de divisas en el mercado) y al reencauzamiento de la trayectoria de consolidación fiscal (por las limitadas fuentes de financiamiento del déficit).
En este sentido, el contexto de mayores tasas de interés, austeridad fiscal y limitaciones a las importaciones ratifica nuestra visión de un segundo semestre de mayor inflación y menor actividad que el primero. La disponibilidad de stocks agrícolas sin liquidar y la posible mayor cohesión en torno de las decisiones serán los principales activos de la nueva gestión en esta etapa, pero la magnitud de los desafíos continúa siendo igual de significativa que hasta la semana pasada.
Respecto de la agenda de prioridades de mediano plazo (con la liquidación de la nueva cosecha y el inicio de la campaña electoral del año próximo), necesariamente dependerá del éxito logrado en la primera etapa y de garantizar las condiciones para que dicha estabilidad no se vea jaqueada.
En definitiva, la nueva conducción económica contará con ventajas respecto de las anteriores por los menores obstáculos internos y mayor agilidad en la gestión. Pero tendrá desafíos de desactivar las expectativas de una crisis en lo inmediato, abordar los desequilibrios latentes (escasez de reservas, elevada inflación, déficit fiscal, brecha cambiaria) y estabilizar la situación más allá del corto plazo, a lo que se sumará la administración de un delicado equilibrio económico-político-social, acota la consultora.
Raúl Rigo: continuidad en el área de Hacienda
El especialista en sistemas de Administración Financiera Gubernamental vuelve a la función que tuvo cuando Martín Guzmán estuvo a cargo del Palacio de Hacienda. Rigo será acompañado por Jorge Domper, subsecretario de Presupuesto, y por Claudia Balestrini, que estará a cargo de la Subsecretaría de Ingresos Públicos.
Eduardo Setti: el área de finanzas
Con una amplia experiencia en el mercado de capitales, el economista continuará al frente de la Secretaría de Finanzas, como lo venía haciendo en tiempos de Silvina Batakis. Antes fue director de Operaciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses.
José de Mendiguren: la experiencia del “vasco”
El ex ministro de la Producción durante la presidencia de Eduardo Duhalde, entre 2002 y 2003 y ex titular de la Unión Industrial Argentina asumirá hoy como secretario de Producción. Así, deja la conducción del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).
Daniel Marx: clave para atesorar más dólares
Ex director del Banco Central, el economista estará al frente del comité para el desarrollo del mercado de capitales y seguimiento de la deuda pública. Marx será clave para que el país consiga más dólares para fortalecer las reservas del BCRA.
Juan José Bahillo: la misión de acercarse al campo
Hombre vinculado al agro, el ex ministro de la Producción de Entre Ríos intentará reconstruir el diálogo con el campo. Lo secundarán Jorge Solmi (Unidad de Coordinación Federal Operativa) y Gabriel Delgado (Apertura de Mercados de Proteínas).
Marco Lavagna: seguirá al frente del Indec
Marco Lavagna forma parte del círculo de referentes de Sergio Massa. El economista seguirá al frente del Indec. “Las estadísticas son un pilar fundamental para la toma de decisiones, hay que seguir asegurando su rigurosidad”, afirmó Massa.
Matías Tombolini: Comercio Interior
El economista coordinará las áreas de Comercio Interior y Exterior, de manera unificada. Esto, “con el objetivo de darle orden a la mesa de los argentinos y recuperar un sistema de precios adecuado que permita volver a saber cuánto valen las cosas”, explicó Sergio Massa.
Carlos Castagneto: el recaudador
Reemplazó a Mercedes Marcó del Pont en la jefatura de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). “Lo importante es ser justos y equitativos: que paguen los que tengan que pagar y no cobrarles a los que no corresponda”, afirmó el titular del organismo recaudador.
Jorge Neme: con el foco en la economía regional
El economista estará al frente de la Secretaría de Planeamiento del Desarrollo y Competitividad Federal, acompañado por Carola Ramón Berjano y Pablo Sívori. Promoverá economías regionales e inversiones en las cadenas productivas del país.
Lisandro Cleri: un técnico propio en el BCRA
Estuvo a cargo de la Unidad de Gestión de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa, creada por el ex ministro de Economía Martín Guzmán para asesorarlo en el proceso de restructuración. Ahora será el número dos de Miguel Pesce.