La única forma efectiva de eliminar la pobreza en cualquier sociedad es el trabajo genuino, generador de riqueza y bienestar. Los Estados inteligentes y serios lo promueven, con tres herramientas básicas: déficit fiscal cero o cercano, salvo imprevistos; crédito económico y accesible para todo emprendedor que ofrezca trabajo registrado; obras públicas masivas de importancia estratégica, sin corrupción. Las arengas de Grabois nos remiten a un Estado elefantiásicoy seudoprotector; burocracia versus iniciativa privada; grandes masas de personas deambulando de puntero en puntero, aplaudiendo el cortejo y besando la mano que sale por la ventanilla. Pueblo manso. La antítesis de José Mujica, quien habló de “proteger al empresario, porque genera empleo, al menos hasta que los políticos aprendamos cómo se hace”. Grabois habla en el desierto, no porque no se lo escuche, sino porque no se le entiende
José Félix Risso
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