Lucía es una actriz que se vio obligada a estar casi dos años sin actuar. Camilo es un escritor que no está pudiendo escribir. Son pareja y ella acaba de estrenar; él la dejó en el bar celebrando con sus amigos, y la espera en su casa. En vez de un encuentro, descubren sus deseos desencontrados.
“(No) me tendría que haber ido” retrata la realidad que jóvenes artistas transitan por sus ganas de producir en un contexto desfavorable y por la falta de imaginario simbólico para desarrollar. La obra llegará a El Atelier (avenida Mate de Luna 2.930), para su única función a las 21.
Camilo es el español Nahuel Cardozo, hijo de argentinos (su padre es tucumano); y Lucía es la argentina Cam Giraud. El texto y la dirección son del porteño Ignacio Pozzi, quien le explica a LA GACETA: “todes tenemos a alguien (amigo, amiga, pareja o familiar) que en algún momento tuvo que irse o decidió irse del país. Es fácil identificar y encontrar en mi propia biografía y en la de los demás algo de lo que le sucede a los personajes. Al momento de escribir la obra tuve en cuenta una reconstrucción de esos vínculos que perdimos o temimos perder”.
Otra referencia de cercanía es que Pozzi y Giraud son pareja, aunque su vivencia no es la que se replica sobre el escenario. “Trabajo con Ignacio desde antes -aclara Cam-, de hecho ya éramos muy amigues. Esta es una dinámica que ya tenemos conocida. Lo más complejo es entender cuándo dejar de trabajar. Hay algo de convivir que nos potencia y está buenísimo, pero que en algún momento es necesario compartir más de otros espacios. Para esta obra estuvimos ensayando en casa y cada vez que terminábamos y nos reencontrábamos en la cocina me preguntaba ‘¿y tuviste ensayo, cómo te fue?’. El conocernos mucho también me habilita a cierta rebeldía de actriz cuando alguna indicación no me convence del todo”.
Este viaje para actuar en la Argentina tiene un significado especial para Cardozo. “Siempre tuve ganas de hacer teatro acá pero nunca se había dado la posibilidad. Con Cam nos conocimos hace cinco años en Barcelona; ya habíamos trabajado juntos en lo musical y ahora nos reencontramos y nos despertó las ganas de volver a crear algo”, reconoce. Los ensayos comenzaron on line y terminaron presenciales para el estreno, hace una semana.
La crisis que atraviesan los personajes implica también el desafío de elegir si siguen o no juntos. “Sin dudas es un vínculo que pasa por distintas reflexiones y se transforma. El problema es a lo que cada une debería renunciar y hasta dónde se prioriza la pareja o la individualidad”, advierte Giraud, atenta a no spoilear el final.
Y el título juega a esa provocación de cambiar de rumbo. “Venir a la Argentina a hacer este proyecto fue una gran decisión. Me fui de España, por ahora de manera temporal, y fue una muy buena idea para volver a conectar con mi pasión por el teatro. Para demostrarme que sigo siendo muy capaz y para tener la seguridad de que seguir apostando por este camino es lo que quiero hacer en mi vida. Así que sí, sin duda, me tenía que venir”, aporta, como cierre, Cardozo.