El intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, aún no tuvo suerte con sus reiterados pedidos de audiencia al gobernador interino, Osvaldo Jaldo. No obstante, la tirantez política entre ambos no lo privó de conseguir un beneficio concreto para su administración: un aporte no reintegrable por $ 35 millones para los festejos por el 9 de Julio.
Desde principios de año, el jefe municipal insiste con una reunión al mandatario interino. Sin embargo, Jaldo hasta aquí no recibió al líder del Partido por la Justicia Social. En rigor, el 14 de junio, mediante nota, Alfaro volvió a solicitarle un encuentro al titular del Poder Ejecutivo. “El intendente de la capital se tiene que calmar un poquito. Está muy nervioso. Está desconocido”, había dicho en esa ocasión el gobernador interino.
Sin una respuesta formal y más allá de las declaraciones públicas, el intendente remitió semanas después una nueva nota a Jaldo, aunque esta vez con finalidad muy diferente. Y ahí sí recogió una rápida -y favorable- recepción.
El 5 de julio, Alfaro le requirió a Jaldo un Asistencia Financiera No Reintegrable por $ 35 millones. “Motiva el presente pedido la necesidad de contar con fondos financieros suficientes para hacer frente a los gastos que demanden los festejos a realizarse en esta ciudad en conmemoración del 206 aniversario de la Declaración de la Independencia de nuestro país, que tuviera lugar en la Ciudad Histórica de San Miguel de Tucumán el 9 de julio de 1816”, se lee en la nota firmada por el intendente.
Llamativamente un día después, el jefe municipal obtuvo una respuesta favorable por parte del gobernador interino, materializada mediante el decreto 2040/3. “Considerando que los fondos requeridos serán destinados para hacer frente a los gastos que demanden los festejos a realizarse en la ciudad en conmemoración del 206 aniversario de la Declaración de la Independencia Argentina… en consecuencia resulta menester proceder de conformidad a lo gestionado, dictando para ello la pertinente medida administrativa, y asimismo autorizar a la Dirección de Administración del Ministerio de Economía a emitir la correspondiente Orden de Pago”, justifica el instrumento que lleva la firma de Jaldo y del ministro del Interior, Miguel Acevedo, y que no había sido difundido por la Municipalidad ni por la Casa de Gobierno. Por tratarse de aportes no reintegrables, la Intendencia no se verá en la obligación de devolver esos recursos.
Como contexto, vale recordar que durante la previa de los festejos por el 9 de Julio, Jaldo y Alfaro mostraron una faceta conciliadora. Al punto que en la vigilia del día patrio, compartieron en la Casa Histórica los actos centrales, junto a referentes nacionales del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio, como el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; y el jefe de Gabinete nacional, Juan Manzur.
Más allá de ese “veranito”, después de ese día el intendente y el gobernador volvieron a protagonizar algunos tironeos. Ocurre que el 13 de julio, en su despacho, Jaldo recibió al presidente de la UCR tucumana, el diputado nacional Roberto Sánchez, y a los tres intendentes radicales: Mariano Campero (Yerba Buena), Sebastián Salazar (Bella Vista) y Alejandro Molinuevo (Concepción). “Vinimos a visitar al gobernador, a ponernos a disposición y a hablar de la situación que vive el país, la provincia y cada uno de los municipios. Es un momento de crisis”, había justificado Sánchez.
El encuentro generó un tembladeral político dentro de Juntos por el Cambio, ya que los principales dirigentes del alfarismo salieron al cruce de los radicales. El propio intendente, en un largo escrito, cargó contra sus aliados. “No nos ponemos a disposición de uno de los peores gobiernos de la historia de la provincia”, fustigó en ese texto. Incluso, personalizó en Jaldo las críticas: “Todos los tucumanos estamos cada vez peor gracias al desgobierno de Jaldo”.