RIO DE JANEIRO, Brasil.- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lanzó su candidatura a la reelección en un acto de su partido, en Río de Janeiro, con un discurso centrado en Dios, las armas y la familia, marcado por violentos ataques a la máxima corte de justicia, críticas a su principal adversario, y un tono belicoso que pareció ignorar la guía de su equipo de campaña. Sus asesores le habían aconsejado que se centre en una agenda “positiva” y “propositiva” para intentar remontar el liderazgo establecido por su principal rival, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El derechista Partido Liberal (PL) designó a Bolsonaro como su candidato para la votación del 2 de octubre ante una audiencia de varios miles de personas en el estadio Maracanazinho de Río, un movimiento considerado como el inicio oficial de la candidatura de Bolsonaro bajo la ley brasileña.
Masacre en una favela de BrasilLos mayores abucheos se produjeron cuando mencionó al Supremo Tribunal Federal de Brasil, cuyos miembros se han enfrentado a los aliados de Bolsonaro por sus denuncias de fraude electoral, que no ha podido documentar ni justificar.
“Convoco a todos ustedes para que el 7 de septiembre vayamos a las calles por última vez”, dijo en tono encendido para atacar al Supremo Tribunal Federal (STF). “Esos pocos sordos de capa negra tienen que entender lo qué es la voz del pueblo”, dijo sobre el STF.
La nominación se produce mientras el presidente sigue lanzando ataques infundados sobre la fiabilidad del sistema de voto electrónico del país, lo que pone en duda que acepte la derrota.
Lula es oficialmente candidato a presidente de BrasilSi bien el presidente no tocó directamente esos temas, su discurso estuvo cargado de elogios para las fuerzas armadas que, dijo, comparten sus preocupaciones. “El Ejército está de nuestro lado”, declaró a sus seguidores. “Es un Ejército que no acepta la corrupción, no acepta el fraude. Es un Ejército que quiere transparencia”, añadió, entre vítores de los presentes.
Bolsonaro dijo que pide a Dios “que Brasil nunca experimente los dolores del comunismo”, en referencia a Lula, a quien acusó de querer cercenar libertades si regresa al poder.
Con su imagen maltratada por la inflación, Bolsonaro ha perdido casi 20 puntos porcentuales en algunas encuestas con respecto a Lula, que gobernó la nación de 2003 a 2010 y sacó a millones de personas de la pobreza gracias a un agresivo gasto social durante un período de rápido crecimiento, impulsado por el auge de las materias primas que benefició a toda la región.
Bolsonaro plantea a embajadores sus dudas sobre las elecciones en BrasilLa popularidad de Lula ha caído en los últimos años debido a investigaciones de corrupción de alto nivel -pasó más de un año y medio en la cárcel debido a una condena por soborno que posteriormente fue anulada-, pero sigue siendo una figura admirada entre los brasileños, obre todo después de que la Justicia determinara que el juez anticorrupción que ordeno su encarcelamiento lo hizo sin pruebas suficientes y con el interés político de inhabilitarlo para que participe de las elecciones.
Sin embargo, para los seguidores de Bolsonaro en el estadio, que fueron agitando banderas brasileñas y ataviados con la camiseta nacional de fútbol, la posibilidad de un regreso de Lula es inconcebible.
Bolsonaro agita el fantasma del fraude electoral en BrasilEl mandatario es acusado de instigar un golpe de Estado si no gana, y se teme que agite a sus seguidores para que realicen acciones al estilo de las que promovió Donald Trump, en Estados Unidos, cuando se negó a reconocer el triunfo de Joe Biden.
El Partido de los Trabajadores (PT) nominó oficialmente a Lula el jueves, mientras que el candidato de centro Ciro Gomes, que se presenta en un lejano tercer lugar, fue nominado por el Partido Democrático del Trabajo (PDT) el miércoles.
En las próximas semanas, la ya tensa batalla entre los dos principales candidatos debería calentarse aún más. A mediados de agosto, Lula y Bolsonaro serán autorizados para realizar la mayor parte de la propaganda. (Reuters)