Ayer en Tucumán, unas 750 personas fueron reportadas como infectadas del nuevo coronavirus. Casi sin testeos, vueltos a la otrora vida y con síntomas cada vez más parecidos a los de un resfrío, ¿cuántas más habrá en realidad? De hecho, el dolor de garganta, el dolor de cabeza, la mucosidad y la tos son las principales manifestaciones que hoy pueden indicar un cuadro de covid-19, de acuerdo a las informaciones que provienen de otros países y a lo que se observa en los hospitales y clínicas de la provincia.

"La fiebre y la pérdida del olfato y del gusto, que meses atrás eran frecuentes, se han vuelto poco comunes. Ahora vemos mocos, tos, dolor de garganta", especifica el infectólogo Mario Raya, subdirector del Centro de Salud. En concreto, el especialista afirma que, en esta etapa, la covid-19 se comporta mucho más similar a una simple gripe. "Por eso a quienes presentan síntomas compatibles con un refrío común, les pedimos que sospechen", alerta.

Según el experto, las nuevas subvariantes de ómicron se transmiten con una menor carga viral. De esta manera, la dificultad para ser detectadas por los test de antígenos crece. Y es habitual que se tarde más en descubrir la enfermedad. "Además, los síntomas son duraderos y se prolongan por encima de una semana", agrega.

- ¿Qué otra diferencia se observa?

- Al contrario que con las otras variantes, el virus se manifiesta de manera temprana debido al estímulo del sistema inmunitario, especialmente en aquellos que están vacunados.

- ¿Y cuál es la eficacia actual de las vacunas?

- En todo el mundo se está viendo un aumento de los casos justamente porque las vacunas no tienen la misma cobertura con estas variantes. Funcionan bien para las que estaban circulando antes. No obstante, siguen siendo la principal herramienta de prevención. Le siguen el uso del barbijo, el lavado de manos y el distanciamiento; no podemos y no debemos descuidar lo aprendido.

En estos dos años, han surgido diversas variantes del patógeno desde la versión original detectada por primera vez en la ciudad de Wuhan, en China. La última es ómicron, con sus variantes BA.1 y BA.2, que se volvieron dominantes a partir de marzo de 2022. Luego aparecieron BA.4 y BA.5, las cuales han ganado terreno y originan buena parte de los contagios presentes. "La pandemia no ha terminado", agrega el médico.

De acuerdo a una investigación del Zoe Covid, una plataforma que tiene como objetivo combatir los mayores problemas de salud de la actual generación, los investigadores del King’s College de Londres y el sistema de salud pública británico, los principales síntomas son los siguientes: dolor de garganta; dolor de cabeza; nariz tapada; tos seca; tos con flema; voz ronca; estornudos; fatiga; dolor muscular; náuseas; hinchazón en el cuello; dolor de ojos; opresión en el pecho; etcétera.

"Claramente estamos ante variantes más contagiosas que sus predecesoras y con mayor facilidad para evadir la protección que nos otorgan las vacunas", reitera Raya. Mientras tanto, las previsiones sobre el fin de la crisis sanitaria causada por el coronavirus siguen estrellándose contra la realidad. Primero, creímos en la inmunidad de rebaño hasta que fue descartada como una meta única o infalible. Después, se pensó que la vacunación universal iba a ser la solución. Pero el objetivo ha ido perdiendo impulso porque las campañas no avanzan de manera pareja en todos los países. Así las cosas, lo único que todavía nos queda como esperanza es la tan mentada transición de una pandemia a una endemia. Pero, ¿cuánto falta para ello? 

"Cuando se habla de pandemia se tienen que verificar dos condiciones: que la enfermedad afecte a más de un continente y que haya transmisión comunitaria; es decir, que no se trate de casos importados", define Raya. Una endemia, en cambio, hace referencia a una enfermedad que se mantiene constante en una población o región y con una propagación relativamente controlable, prosigue. Efectuadas estas definiciones, el médico expresa que todavía nos encontramos en pandemia. "Y hasta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no avise lo contrario, seguiremos bajo esta calificación", añade.

Afortunadamente y pese a las oleadas en distintas partes del planeta, los casos no son ni tantos ni tan graves como antes. Pero aún resta para que el coronavirus cambie de etapa, especifica. "Mientras sigan apareciendo variantes del virus original, seguiremos siendo susceptibles a los contagios. De ahí la importancia de la vacunación", concluye. En definitiva, una endemia no quiere decir que la enfermedad haya acabado. Significa vivir con una enfermedad que no ha sido o no ha podido ser erradicada y hay que aprender a manejarla.