En diciembre de 2021 se lanzó el Telescopio Espacial James Webb (JWST), después de más de 20 años de trabajo. Un instrumento muy esperado por los astrónomos. Tiene algunas características que lo hacen especial. El espejo de 6,5 metros de diámetro está formado por 18 piezas. Sus detectores captan radiación infrarroja, que no es visible por el ojo humano y que casi no llega a la Tierra, porque es absorbida por la atmósfera. El Telescopio Espacial Hubble y algunos telescopios en Tierra observan en el infrarrojo, pero en un rango muy pequeño. Nunca antes se había observado todo el rango de la radiación infrarroja como lo hace el JWST. Por eso permitirá conocer objetos que antes no podían ser observados.
Su órbita se encuentra a 1,4 millón de kilómetros de la Tierra, más lejos que la Luna. Está en un lugar en el que no hay ningún tipo de interferencia producida por el hombre.
Otra de sus características llamativas es que el James Webb viajó plegado dentro de un cohete. En el periplo hasta su destino final fue desplegándose, primero los parasoles y luego el espejo. Una vez que estuvo desplegado se procedió a la alineación de las 18 partes del espejo y la puesta en funcionamiento de los instrumentos de medición. Todo este proceso, que hecho en un instrumento en Tierra es complicado, en este caso significó mucho más porque desde que se le envía una instrucción hasta se obtiene una respuesta pasan varios segundos.
Se había anunciado que en octubre de 2022 estaría listo para funcionar a pleno, un tiempo razonable debido a la complejidad de la misión. El 12 de julio se hicieron públicas cinco imágenes obtenidas por el JWST. Estas mostraron objetos relativamente cercanos como la Nebulosa de Carina y una Nebulosa Planetaria (La Nebulosa del Anillo Sur) y algunos más lejanos como el Quinteto de Stefan (cinco galaxias) y una espectacular imagen del Cielo Profundo. En esta última se pueden ver galaxias formadas, galaxias en formación y una cantidad de objetos que no se conocían. Algunos objetos observados están tan lejos que se los vio cuando se estaban formando, poco tiempo después del Big Bang. También se ve el efecto de lentes gravitacionales, fundamentales para el estudio de la Teoría de la Relatividad.
La imagen quizás menos comentada es un espectro de un planeta extrasolar en la que se detecta agua, fundamental para la existencia de vida extraterrestre. Hasta el momento es poco lo que se sabe de la atmósfera de planetas extrasolares, ahora se las podrá estudiar en detalle.
Lo que vemos son composiciones de imágenes en el infrarrojo, que se colorean para que las podamos apreciar. Recordemos que no podemos ver radiación infrarroja. Algunas requirieron mucho tiempo de observación, por ejemplo todo lo correspondiente a Cielo Profundo son imágenes obtenidas con más de 12 horas de exposición. Sin dudas, el trabajo de observación y de procesamiento de las imágenes es complejo y delicado.
En todas estas imágenes se revelan cosas nunca antes vistas. Ayudarán a confirmar o refutar las teorías sobre el universo existentes. Habrá nuevos temas para investigar, en todas las áreas de la astrofísica: cosmología, astronomía galáctica y extragaláctica, astrofísica estelar, etc.
El Telescopio Espacial James Webb está listo para hacer ciencia y los astrónomos tienen un universo nuevo por descubrir.