No sé si estoy sorprendido o asustado por los tremendos y multitudinarios ataques de argentinidad que nos dieron y manifestamos los tucumanos en  los últimos actos patrios, en especial en el 9 de Julio. Fue conmovedor ver, un día antes, no solo a niños sino a familias enteras luciendo trajes de época; madres con sus hijos en los locales escolares bailando el Pericón, el carnavalito o temas folclóricos, como en nuestro Colegio San Cayetano. Las damas antiguas, los caballeros congresales, con bastón y galeras, los gauchos y las coyitas, cobijados en escenarios adornados con  globos, escarapelas y banderas celeste y blanco. Renació el mismo espíritu y fervor de aquellos   patriotas asistentes a nuestra Casa Histórica.

Francisco Amable Díaz

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