El 07/07 fue el Día Internacional de la Conservación del Suelo. Fue establecido en memoria del Dr. Hammond Bennet, científico pionero en la conservación de los mismos. Pocos comprenden la importancia que tiene este recurso en un ecosistema y que proporciona alimentos y recursos para vivir, construir viviendas y otras funciones importantes. Las consecuencias de su contaminación y mal manejo son: Sequías, deforestación, desertización, inundaciones, etcétera, todo un abanico de posibilidades que se nos vienen encima, por no haberlo sabido cuidar lo suficiente. Según la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se deben tener en cuenta seis premisas para su conservación: 1) Los suelos almacenan y filtran agua mejorando la seguridad alimentaria 2) Ayudan a combatir y adaptarse al cambio climático, jugando un papel clave en el ciclo del carbono. 3) Constituyen la base y el crecimiento de la vegetación que se cultiva y de la natural. 4) Un suelo sano es un suelo vivo. Alberga una cuarta parte de la biodiversidad de nuestro planeta 5) Son la base para la producción de alimentos saludables. 6) Es un recurso no renovable y su conservación es esencial para el sostenimiento de la vida en todas sus formas. En Tucumán las amenazas que sufren son: a) degradación física y química, b) salinización, c) contaminación (debido a las aguas servidas, a los residuos sólidos urbanos, a los plaguicidas, etcétera), d) erosión hídrica y eólica, d) deforestación. El  Estado tucumano tiene una Constitución y leyes para protegerlo, pero no se cumplen ni se controla su cumplimiento, por lo que el deterioro de este recurso aumenta día a día, por la permisividad de las autoridades y la indiferencia de muchos ciudadanos (hay 93 comunas, 19 municipios y la mayoría depositan la basura a cielo abierto). Debemos comprender que sin suelos sanos no es posible una vida sana.

Juan Francisco Segura

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