Por Carlos Darío Albornoz

Los italianos Ángel y José Paganelli llegan en 1864, cuando José Posse era Gobernador de Tucumán. Una primera publicidad de su estudio aparece el 23 de abril de 1865 en el periódico El Liberal.

Además de retratos de estudio, Ángel realizó tomas de edificios, de calles y de algunos ingenios azucareros cercanos a San Miguel de Tucumán. Entre todas esas fotografías, una en particular nos convoca: la casa de la señora Francisca Bazán de Laguna, sede del Congreso de las Provincias Unidas del Río de La Plata que el 9 de julio de 1816 declaró la Independencia.

Ángel se inserta en la sociedad tucumana y forma parte de la fundación del Club Extranjero y de la Sociedad Italiana, entidades en las que llega actuar como presidente. Clara Schiavone, historiadora de la Sociedad Italiana, destaca que Ángel se casó dos veces. Tuvo seis hijos en su primer matrimonio y uno más en el segundo.

Por los años 1869 o 70, gobierno de Federico Helguera, se le encarga a Arsenio Granillo la realización de un libro que mostrase las bondades de la provincia. Este iba a ser presentado en la Exposición Nacional, a realizarse en Córdoba en 1871. Pretendían convertirlo en la carta de presentación de Tucumán. Granillo lo tituló “Provincia de Tucumán” y le encargó a Paganelli la toma de fotografías que, a falta de las técnicas de impresión mecánica, se copiaron y pegaron en las páginas directamente.

Ángel Paganelli toma la fotografía de la histórica casa en (circa) 1869. Lucía ruinosa, pero tal cual estaba desde 1816. Hay un hombre y un niño sentados posando frente a ella y abajo la sombra de un posible tercer personaje. Ángel Paganelli detrás de la cámara. Esta fotografía desde ese momento se convirtió en la única imagen de la casa, adquiriendo la categoría de ícono de la Declaración de la Independencia de la República Argentina.  

El tren llegó a Tucumán el 31 de octubre de 1876. La provincia se transformó y con ella la vida cotidiana. Junto a los viajeros, arribaron nuevas maquinarias y herramientas pesadas para la industria azucarera.

En una nota a página completa en LA GACETA, del 17 de julio de 1927, José Fierro comenta: “(…) Con motivo de la aproximación del ferrocarril (…) creció notablemente la afluencia de forasteros, y se despertó el deseo de vistas fotográficas de Tucumán. Como el señor Ángel Paganelli era único en su arte, comenzó a sacar vistas de los principales edificios y sitios notables de Tucumán”. Fue la apertura de un nuevo mercado para sus fotografías, sobre todo aquellas estampas que, explica Fierro, se vendían a los viajeros que llegaban en tren.

La del frente de la Casa Histórica, foto ícono de Paganelli, formaba parte de esas estampas y es esa foto la que sirvió para reconstruir la casa en 1943. La imagen se replicó en infinidad de publicaciones y sigue presente hoy en libros, estampillas fiscales, postales, monedas, medallas, etc.

Ángel Paganelli debe ser considerado como el fotógrafo que funda y desarrolla el mercado de la fotografía en Tucumán. El 17 de julio de 1928, a la una y cuarto de la madrugada, le llegó la muerte. Contaba con casi 90 años. Había llegado a la ciudad en diligencia, conoció hombres de la época de Rosas y llegó a tratar con los que viajaban en aviones.