Boca Juniors va con todo por el chileno Arturo Vidal, a quien le ofreció un atractivo contrato por tres años que el actual jugador de Inter, de Italia, deberá analizar.
La oferta, según trascendió de fuentes del "Xeneize", tendrá dos etapas por el mismo período de tiempo: un año y medio. Por eso la primera finalizaría en diciembre de 2023 y la segunda, por renovación automática, en junio de 2025.
Claramente no es lo económico un motivo por el que Vidal interrumpiría su exitoso derrotero por el fútbol europeo para venir a la Argentina, y por lo antedicho, tampoco hay un Mundial por delante que lo conmueva.
Todo parecería inclinarse entonces por lo estrictamente deportivo y el magnetismo que representa la camiseta de Boca, sobre todo para los futbolistas sudamericanos, y como el mismo dijo hace dos años, «esa sensación incomparable de pisar la Bombonera».
Y en cuanto a la traba que podría surgir por el cupo de extranjeros, que Boca lo tiene ampliamente cubierto pese a la reciente nacionalización del colombiano Frank Fabra, solamente con desprenderse del venezolano Jan Hurtado, que acaba de regresar desde Brasil, tendrá el problema resuelto.
Los otros cinco extranjeros (por reglamento en Argentina se pueden tener seis pero solamente cinco pueden firmar planilla) del plantel dirigido por Sebastián Battaglia son los peruanos Carlos Zambrano y Luis Advíncula, los colombianos Jorman Campuzano y Sebastián Villa y el paraguayo Óscar Romero.
Por lo pronto Vidal está disfrutando de sus vacaciones en Chile y esta semana asistió al partido que Colo Colo le ganó por 2 a 0 como local al brasileño Internacional, de Porto Alegre, por la ida de octavos de final de la Copa Sudamericana.
Un punto a favor de la gestión de Boca está aposentado en que el representante de Vidal es argentino: Fernando Felicevich.