En medio de las polémicas por las críticas de la vicepresidenta Cristina Kirchner al "festival de importaciones" y de las nuevas disposiciones del Banco Central (BCRA), se conoció que, en los primeros cinco meses de este año, el Gobierno nacional logró que los pospongan pagos por 3.935 millones de dólares.

El dato surge de comparar los resultados del Balance Cambiario del Banco Central con el informe del Intercambio Comercial Argentino (ICA) que elabora el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), consignó el diario Ámbito.

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De acuerdo con el Balance Cambiario, entre enero y mayo se vendieron 28.787 millones de dólares a los importadores.

Por otro lado, la entidad monetaria registró liquidaciones de exportadores por 36.065 millones de dólares.

De ese modo, el saldo de “caja” fue en el periodo de u$s7.278 millones.

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En tanto, para el INDEC, en ese período se registraron operaciones de ventas por 35.917 millones de dólares, y de importaciones por 32.722 millones de dólares, lo que deja un saldo de 3.196 millones de dólares en los primeros cinco meses.

Es decir, existió una diferencia en el superávit a favor de “la caja” del BCRA de más de 4.000 millones de dólares. Este saldo incluye las importaciones de energía, que se llevan en promedio unos u$s1.000 millones mensuales. La diferencia es producto del mayor pago de fletes, consumos de servicios en el exterior y el turismo de salida, entre otras cuestiones. Es lo que impide al BCRA sumar reservas internacionales.

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En mayo ya estaba vigente la medida que dispone que las empresas pueden acceder al mercado cambiario libremente por un valor equivalente al 105% de lo que compraron el 2021 y el 170% del 2020. Lo que supera eso tiene que financiarse a 180 días. Algunos importadores de bienes que no se fabrican en el país, como por ejemplo marcas de autos que tienen tradición en el mercado local, lograron hasta aquí que las empresas con las que trabajan en el exterior les dieran la financiación necesaria, en función de que saben que tarde o temprano les van a pagar. En otros casos, se trata de grandes firmas multinacionales que logran el crédito de sus casas matrices o de bancos. Son jugadores con amplia espalda financiera.

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Por otro lado, el comparativo entre las planillas del Banco Central y del INDEC revela que, mientras que para el organismo estadístico el superávit del quinto mes fue de solo 356 millones de dólares, en la “caja” en realidad quedaron 2.015 millones de dólares; es decir, el 27,6% del superávit de bienes registrado hasta el momento, consignó Ámbito. En ese período el BCRA recibió de los exportadores 8.933 millones de dólares, 707 millones de dólares más que lo declarado por la Aduana, y vendió 6.918 millones de dólares a importadores, 952 millones menos que las operaciones declaradas.

Otro elemento a tener en cuenta es que recién el mes pasado el Balance Cambiario total (incluye todos los tipos de pagos y cobros de comercio de bienes, servicios, cancelaciones de deudas, etc.) logró un pequeño superávit de 342 millones de dólares. Los registros del Banco Central venían dando déficit desde octubre último.

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De acuerdo con estimaciones de las empresas del sector exportador consultadas por Ámbito, la medida de refuerzo del control de los pagos de importaciones lanzada el lunes por el Banco Central tendrían por objetivo retrasar pagos por unos 1.300 millones de dólares por mes entre julio, agosto y septiembre, lo cual sumaría otros 3.900 millones de dólares a los que ya se viene posponiendo a lo largo del 2022.

El refuerzo anunciado consiste, esencialmente, en que los bienes que ingresan con Licencias No Automáticas (LNA) tengan que ser financiados a seis meses. Las LNA representan el 17% de las importaciones argentinas y se aplican generalmente a bienes que tienen fabricante local o a algunos bienes de consumo final. Son un mecanismo de protección autorizado por la Organización Mundial del Comercio (OMC).