La primera ola del café fue hace 100 años, cuando se popularizó su consumo en grandes cantidades gracias al auge del café instantáneo. La segunda ola comenzó en la década de 1970, cuando se inauguró Starbucks en Estados Unidos y se empezó a divulgar un poco más la cultura del café y del encuentro. La tercera ola, la de estos años, privilegia el café de especialidad y tiene como protagonista un consumidor que aprecia más el producto y que exige mejor calidad.

Esta tercera ola cafetera está atravesada, además, por una pandemia. Así que trajo varios cambios en el consumo de la infusión más popular del mundo. Nunca habíamos pasado tanto tiempo en casa, por ejemplo. Y esa circunstancia excepcional abrió las puertas a nuevas formas de beber café y de hacerlo en el hogar.

El barista tucumano José Sabate, creador de @cafeletrado.barismo, sostiene que desde hace unos años el consumo de café en el hogar se vuelve cada vez más profesional. Así como también en los bares los clientes tienen exigencias precisas acerca de cómo quieren beberlo. “Por eso es que estos comercios están incorporando baristas que participan en el preparado de la bebida y también en el diseño de las cartas”, señala.

Sabate, que dicta cursos para aprender sobre café de alta calidad, recibe cada vez más llamadas de interesados en tener una nueva experiencia con esta bebida milenaria. Estos son algunos de los cambios que ha notado: hay un mayor consumo en casa, la gente está desarrollando una mayor destreza para preparar café y es más consciente sobre los productos que compra.

“Más personas averiguan acerca de la calidad y la procedencia del café que tienen en su taza. Algo que, sin lugar a dudas, está impulsando cada vez más la demanda de café de especialidad. Hay un mayor interés en los tipos de variedades, productores, orígenes o métodos de procesamiento del café, entre otras cosas”, señala.

En ese sentido, proporciona algunos detalles: es preferible, por ejemplo, no consumir café torrado - el que se vende en el país en la mayoría de los supermercados- porque le agregan azúcar de manera artificial durante el proceso del tostado. “Lo ideal es comprar café tostado natural”, aconseja.

Otro detalle muy importante, según el experto, tiene que ver con el agua. El 98% de la bebida es agua y el 2% es café, por lo que la elección de este líquido es esencial: no es conveniente usar del caño; debe ser natural o filtrada, y que tenga bajo contenido de sodio. ¿La dejamos hervir o no? “Depende de si el café es tostado negro (en ese caso, el agua debe llegar a 85 o 90 grados) o si es claro (sí puede estar hervida)”, precisa. Otro punto central es el molido: “yo recomiendo comprar café fresco en las cafeterías de especialidades; mejor en grano porque se oxida fácilmente. Hay que tratar de molerlo en el día y solamente lo que se va a consumir. Lo ideal es tener un molinillos de café”, aconseja.

Más equipos

Otro detalle de esta ola cafetera es que más gente se equipó en su casa para hacerse café. Ligia Salazar, vendedora en un comercio de electrodomésticos, cuenta que las ventas de máquinas espresso o de filtro han crecido mucho, aunque no tanto como las cafeteras para cápsulas, que desde hace unos años son las más pedidas por los clientes, asegura.

Grandes marcas, como Keurig, calculan que sus cafeteras para cápsulas se están vendiendo un 34% más en 2020. Según un artículo de Infobae, miles de personas sumaron a su hogar métodos para preparar café de especialidad: chemex, aeropress, prensa francesa y V60, entre otros.

Si todavía no saben qué comprar, Sabate recomienda a quienes quieren hacer un buen café en casa que se decidan por una prensa francesa o el clásico colador. “No es necesario tener una máquina sofisticada”, apunta.

Prepararse mejor

Según datos publicados por Nespresso, durante la pandemia aumentó el consumo de café en el hogar y se amplió el rango etario. Los jóvenes compran café para su casa y se animan a probar con recetas a partir de tutoriales. Se incrementó el consumo, la compra, la frecuencia y la cantidad de café bebido.

Además, apareció un consumidor más exigente y experimentado que elige no endulzar el café y potencia la calidad y el sabor del espresso. Esto se notó también en los bares, que fueron uno de los sectores más golpeados cuando entramos en cuarentena por la pandemia de covid-19. Una vez que reabrieron las puertas, notaron que muchas personas se interesaron más por tomar buen café y esta exigencia los llevó a prepararse mejor antes de servir la infusión.

“Hoy son cada vez más los bares que cuentan con los servicios de un barista, que es un profesional especializado en el café de alta calidad, que trabaja creando nuevas y diferentes bebidas”, explica Sabate.

Janusz Carrer, encargado de un bar de Barrio Norte y barista internacional, admite que en los últimos dos años la cafetería cambio muchísimo gracias a la presencia de un público que demanda mejores productos.

“En la actualidad, el barista juega un rol central. Constantemente nos estamos capacitando para tener un café de excelencia. Cambiamos el sabor para perfeccionarnos, y también la presentación”, comenta, y detalla que la bebida que más se consume entre los tucumanos es el expresso y el latte (café con leche), que se sirve decorado con técnicas de arte latte. En el caso de ellos, la innovación también pasó por servir café en meriendas tipo americanas, que incluyen huevos, palta y tostadas, entre otras cosas.

Comercios de otros rubros se sumaron a esta ola cafetera, por ejemplo aquellos que se dedicaban a la pastelería o a las picadas. Hoy sirven café especializado e incorporaron servicios de delivery. De acuerdo con datos de la plataforma PedidosYa, en 2021 los pedidos de café mostraron un crecimiento del 150% respecto de 2020 en nuestro país. Entre los más pedidos está el café con leche; seguido por el dulce de leche latte; el cappuccino de vainilla y el latte mocha.