En 2018 Jean-Louis Trintignant anunció que se retiraría del cine y de la vida. “El cine se acabó para mí”, sentenció entonces, al admitir que estaba demasiado mayor para soportar un rodaje, y demasiado cansado como para seguir luchando contra el cáncer de próstata que lo consumía y que ayer lo derrotó, a la par de su eterno desconsuelo por la pérdida de su hija en 2003.

El icónico actor tenía 91 años, y fue una de las caras más destacadas del cine francés y europeo del siglo XX. Trabajó en más de 120 películas junto a nombres ilustres como Brigitte Bardot, Jeanne Moreau, Dino Risi, Costa-Gavras o Éric Rohmer, entre muchos otros.

Deja un legado de obras clave de la cinematografía europea, en una carrera en la que siempre lo acompañaron la crítica y los reconocimientos: desde 1969, en Cannes, cuando obtuvo el premio a mejor actor por ‘Z’, de Costa Gavras. Un año antes, en Berlín, hizo lo propio por su actuación en “El hombre que miente”, de Alain Robbe-Grillet. Hasta 2012, cuando levantó el César (el Oscar francés) por “Amour” de Michelle Haneken (foto), sobre una pareja que enfrenta los últimos años de su vida.

El intérprete que se dio a conocer mundialmente con “Y Dios creó la mujer” junto a la Bardot, en un filme de Roger Vadim de 1956, luego formaría parte de la Nouvelle Vague de la mano de directores de culto como Rohmer, René Clement o Philippe Coudroyer.

Luego le llegarían protagónicos más populares, que consolidarían su fama mundial como “Un hombre y una mujer” (1966), de Claude Lelouch; “El conformista”(1970), de Bernardo Bertolucci, y “La escapada” (1974), de Michel Soutter. Ettore Scola lo dirigió en “La terraza” (1980), “Entre el amor y la muerte” (1981) y “La noche de Varennes” (1982). En 2020 había vuelto a los escenarios franceses con lecturas poéticas, junto a un acordeonista y al son de tangos de Ástor Piazzolla.