Es difícil resumirlos: vendieron 30 millones de discos, grabaron más de 300 canciones, cantaron en cuatro idiomas y sus historias se tradujeron a las lenguas más ajenas. Sus peleas fueron éxito desde el Madison Square Garden hasta en África. Cosecharon más de un centenar de discos de oro, platino y diamante; y los avalan miles de premios. Esto es Pimpinela, el dúo que esta noche festeja sus 40 años de carrera en el Club Sportivo Floresta, a las 21.

Son un fenómeno de vigencia. Lucía y Joaquín Galán, hermanos y socios, todavía se emocionan hasta las lágrimas ante un teatro lleno y sienten que aún tienen miles de metas por cumplir.

Todo eso se percibe en sus conciertos, que puedo definir como únicos. Mágicos. Cada vez que salen a escena, el estadio se deshace en aplausos; y el fervor del público se siente en cada una de las casi 30 canciones que interpretan. Éxito tras éxito. Al hilo.

Y este festejo de cumpleaños -como lo definen- no será la excepción. No voy a spoilear, pero ya he estado en la presentación del show, hace un mes, en el Luna Park. Y lo que prepararon es increíble: un viaje a lo más profundo de las emociones; al amor y al desamor en todas sus formas y facetas, a las ausencias, a la familia... Además, habrá “joyitas”; algunos “lados b” que los fanáticos tucumanos van a amar. “Tratamos de cubrir todos los gustos”, resume Joaquín a LA GACETA.

Un largo romance

12 de mayo de 1983. “El espectáculo del año”, anuncia este medio lo que será el primer concierto del dúo aquí, en el mismo lugar que los acogerá esta noche. Y nada es casualidad, dice el compositor del dúo. “Recuerdo que nos dijeron que el disco había explotado en Tucumán. Nos llamó la atención porque recién empezábamos; yo conocía la provincia porque había ido con mi grupo anterior. Me parecía muy loco que el disco hubiese pegado tanto allí, como si fuese una especie de señal... Fue la primera provincia que empezó a comprar nuestra música -relata-; y lo que vivimos siempre en Tucumán es alucinante. Por la efusividad del público es como si siempre estuviésemos empezando ahí. Por eso nos encanta volver”.

Las mismas ganas

A cuatro décadas de aquel “Olvídame y pega la vuelta”, para ellos todo sigue igual. O mejor. No han perdido la capacidad de asombro. “Estamos felices haciendo un recorrido muy emotivo. Es muy lindo tener shows llenos en todos lados y ver como la gente nos recibe. No hemos parado en 40 años y, esta experiencia, es un empujón maravilloso para seguir”, admite Lucía, desde su casa en Buenos Aires, y aclara: “no me da igual, ni me deja de sorprender, ni dejo de agradecer lo que nos está pasando”.

Joaquín, en cambio, dice que el presente se vive con más calma. “Al principio todo era sorpresa, éramos una canción, un estilo, y todo era excitante... Pero hoy todo tiene más sentido. Hace días nos presentamos en Ushuaia por primera vez en vivo. Y sentimos lo mismo que al principio: emoción y agradecimiento -destaca-; a lo mejor ese es el secreto de seguir juntos y de seguir generando cosas: que no somos conscientes de muchas cosas que nos pasan y por eso seguimos disfrutando todo”.

Todavía tienen anhelos. Él, aún sueña con la canción perfecta. “Cuando sos compositor estás siempre esperando esa gran canción; es un deseo, el de encontrar esa que vos digas ‘esta es la que yo quería, la mejor de todas’. Y es un desafío, que siento que todavía me falta”, indica.

Lucía, por su parte, dice que los tiene muy emocionados la posibilidad de hacer una biopic con su historia, una docuficción y el disco por sus 40 años, que tendrá nuevas versiones de sus éxitos. “Ya estamos trabajando en ello -resalta-; y haremos en diciembre nuestro primer show sinfónico”. Además, desea continuar con su carrera actoral “cuando aparezca el libreto indicado”.

Emoción a flor de piel

No todas son canciones de pelea. Pimpinela también emociona. Y es que este concierto también es un homenaje a los que han partido, con una seguidilla de canciones que hacen romper en llanto a los presentes. Uno de los momentos más emotivos es “Siempre vivirás dentro de mi”, canción a su madre, fallecida en 2020. Miles de “lucecitas” se encienden para recordar a la gran creadora de Pimpinela.

“Su presencia ha sido fundamental para el inicio del dúo. y en toda nuestra carrera. Ella venía a casi todas las giras, era la única que bajaba del avión o de los micros sin cansarse, impecable... Todo eso hace que su ausencia sea grande, dolorosa y notoria, pero sé que está presente en cada momento, en cada paso, que sigue manejando las cosas y sigue apuntalándonos”, asegura Lucía con la voz entrecortada, y se detiene a imaginar su concierto perfecto “con toda la familia Galán en primera fila y una gran pantalla para ver juntos la película de nuestra vida, lograda gracias a ellos”.