Es una de las aves voladoras más grandes del planeta y es venerada en toda Sudamérica, pero está en peligro. El cóndor andino es una especie vulnerable, consecuencia de la pérdida de su hábitat y de su baja tasa de reproducción. Y por eso es importante cuidarlo y protegerlo. Y rescatarlo cuando sea necesario; eso es lo que hizo la Reserva Experimental de Horco Molle, que ayer liberó un ejemplar en los cerros.

“Este cóndor fue rescatado por la comunidad de El Pichao hace poco menos de un mes. El animal estaba deprimido, no comía y no volaba. Esto permitió que los vecinos lo pudieran agarrar con las manos; luego se notificó a la Dirección de Flora y Fauna de la Provincia, y ellos lo derivaron a Horco Molle”, relata a LA GACETA Juan Pablo Juliá, director de la Reserva de Horco Molle.

¿Intoxicado?

Las razones por las que el animal (macho) se encontraba en mal estado aún no están del todo claras. “Se le hizo un tratamiento que siempre se aplica a animales que podrían estar intoxicados. Con un poco de suero, dieta y rehidratación, el cóndor respondió muy bien. Y por eso se tomó la decisión de proceder a su liberación”, comenta.

Juliá explica que el mayor peligro que corren estas aves tiene que ver con la intoxicación. Y eso es lo que se presume le sucedió a este cóndor. “El problema es que, como son animales carroñeros, se alimentan de otros animales muertos, que tienden a acumular en su cuerpo venenos y otras toxinas que han absorbido a lo largo de su vida. Y todo eso, que el condor come, se va acumulando también en sus tejidos, hasta que lo debilita e incluso le puede causar la muerte”, detalla.

Y eso no es todo. Además, estas aves pueden también acumular plomo en sus cuerpos. “Ese es el plomo de los balines que tienen incrustrado los animales que ellos comen. Y llega un punto de su vida en el que se ha acumulado tanto plomo, que empiezan a sentirse mal y pueden morirse. Pero se descartó eso en este ejemplar”.

Impacto positivo

Para la liberación del animal, que se realizó ayer pasadas las 13, se realizó una pequeña convocatoria abierta y se contó con la presencia de vecinos y de miembros de la comunidad, que llevaron a cabo una pequeña ceremonia religiosa, “porque ellos lo consideran un animal sagrado”, advierte Juliá. El cóndor volvió a volar en la misma zona en la que fue capturado, en la comuna de El Pichao, a poco más de 50 kilómetros de Amaicha del Valle, y casi en el límite con la provincia de Catamarca.

“El impacto que tienen este tipo de actividades es tremendo: primero, hay un impacto simbólico grande para la comunidad, por lo que significa para ellos. Y además, genera un gran impacto emocional y visual para todos los presentes. Ver volar un condor y verlo salir en libertad es un espectáculo extraordinario, y que queda grabado en la mente y en los corazones de quienes lo presencian”, sintetiza Juliá.