La salida de Roberto Feletti de la secretaría de Comercio Interior y la llegada de Guillermo Hang, hombre del ministro de Economía, Martín Guzmán, generó alivio en muchos sectores empresarios, pero al mismo tiempo incertidumbre sobre cuál será el rumbo a partir de ahora. Puntualmente, en el caso del sector molinero el foco está puesto en el recientemente lanzado fideicomiso del trigo, que tiene como propósito subsidiar la harina para evitar que el alto precio internacional del cereal impacte en el valor del pan y el resto de los productos farináceos.
Nuevo aumento: el kilo de pan francés ya cuesta hasta $ 320 en TucumánSi bien la medida fue diseñada en conjunto por los ministros Guzmán, Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y Julián Domínguez (Agricultura) para evitar la suba en las retenciones, Feletti se apropió del tema y se encargó de ponerlo en marcha, aunque con bastante demora por la resistencia que generó, y lo sigue haciendo, en la industria molinera. Así, recién se puso en funcionamiento la semana pasada y entraron apenas tres molinos, que ya recibieron el anticipo del contrato. Se trata de Molino Cañuelas, Molinos Florencia y Molisud; los dos primeros son del mismo grupo económico, mientras que el tercero es un pequeño molino de Jacinto Arauz. Con parte del subsidio cobrado, las empresas ya salieron al mercado a comercializar la harina subsidiada a $ 1.200, más flete, la bolsa de 25 kilos. Hoy conviven dos mercados: uno con la harina subsidiada y otro a precios reales, consistente con un trigo que vale $ 46.000 la tonelada.