El violento homicidio del carrero ocurrido el sábado por la mañana en el sur de la capital -cuyas imágenes se replicaron por las redes sociales y generaron conmoción- tiene un antecedente. Por la coincidencia en los detalles de cada caso se puede decir que en la provincia vivió un hecho prácticamente idéntico en 2019.
Por otro lado, se espera que hoy, cuando se formalicen los cargos se conozcan más detalles sobre la razón por la cual Miguel Bartolomé Cajal, de 74 años, asesinó de un disparo en la cabeza a Ariel Melián, de 28 años. El acusado, quien ya fue aprehendido por la división Homicidios de la Policía, tendrá la posibilidad de declarar y contar su versión del caso, sin perjuicio de que el hecho quedó registrado por una cámara de seguridad.
Dramático ataque: las cámaras de seguridad ayudarán a esclarecer el crimen del carreroSegún los primeros indicios de la investigación, el sábado, antes del mediodía, Melián circulaba en un carro de tracción a sangre junto con una mujer por avenida Alem al 2.700, al sur de la capital. Antes de llegar a la esquina de calle López Mañan, Cajal salió de una casa con una escopeta, se acercó al carro y abrió fuego desde corta distancia hacia la cabeza de Melián, quien falleció en el acto. Para los investigadores la autoría del hecho está esclarecida. Además de un video que registró el hecho, los testigos señalaron al acusado y mencionaron que la víctima le habría robado días atrás y que, minutos antes del hecho, se habría burlado de Cajal sin saber que tenía un arma a mano.
Se entregó el acusado del crimen del carreroLos comisarios Susana Monteros, Miguel Carabajal y Jorge Dib se presentaron junto al auxiliar fiscal Alejandro López Islas, de la fiscalía de Homicidios II. Tras recabar la información necesaria, convencieron al acusado para que se entregara. La patrulla en la que lo trasladaron fue despedida a pedradas por los familiares de la víctima.
Quedará determinar hoy qué medidas de coerción se ordenan en contra del septuagenario.
El otro hecho
El 26 de diciembre a las 21, Franco Valdez (24 años) circulaba en un carro junto con dos de sus hermanos y con su hijo por Bernabé Aráoz al 2.300, en Villa Amalia. Al llegar a la esquina con Granaderos de San Martín comenzó una discusión entre los carreros y dos vecinos de esa zona, Víctor Otarola (tenía 68 años entonces) y su hijo Ramón Otarola (tenía 34 años), quienes le habrían reclamado a Valdez por un robo.
Según la investigación, hubo una pelea entre los tres mencionados y luego comenzaron a arrojarse piedras. En ese contexto, el mayor de los Otarola ingresó a su vivienda y regresó con una escopeta con la que comenzó a repeler las pedradas, pero luego habría ido tras los pasos de Valdez. Este recibió varias perdigonadas en el rostro que indican que el disparo fue a corta distancia.
Los Otarola fueron detenidos y la víctima fue trasladada agonizante hasta el hospital Padilla. “Los médicos nos dijeron que si sobrevive no volverá a ser la misma persona. Le desarmaron el cerebro. Con 24 años será como una criatura. Le arruinaron la vida por nada”, le dijo a LA GACETA en ese momento la madre de Valdez, Cristina Zerrizuela.