En la noche del pasado martes, efectivos de la policía encontraron el cuerpo de una mujer de 43 años enterrado en la casa donde vivía con su expareja en Granadero Baigorria. La mujer fue asesinada por 17 puñaladas y se encontraba desaparecida desde el 22 de abril del corriente año.
El cadáver de Nora Laura Escobar fue encontrado el martes enterrado en el domicilio que compartía con su pareja, Gregorio Britez (52), quien un día después fue detenido por la Gendarmería Nacional en Misiones cuando estaba por cruzar a Paraguay.
La fiscal que investiga el caso, Marisol Fabbro, acusó al hombre de ser el presunto autor del crimen de su pareja. Entre las evidencias que recolectó para imputarlo, la fiscal incluyó el hallazgo del cuerpo en la casa donde convivían, la geolocalización del teléfono celular de la mujer en ese lugar hasta la noche del 22 de abril cuando dejó de ser vista.
"Tenemos el resultado de autopsia, donde se pudo establecer que la víctima tenía 17 heridas punzocortantes, cuatro de ellas de mayor gravedad y que le causaron la muerte, en el corazón, el hígado, la tráquea y el pulmón", dijo la fiscal esta tarde en rueda de prensa atrás la audiencia.
Además, Fabbro reveló que vecinos de la vivienda declararon que “las peleas eran permanentes” en la pareja y que la mujer “iba y venía” de ese domicilio. Otro dato trascendente fue, que hasta la noche del 22 de abril, Escobar realizó búsquedas en Facebook de viviendas para alquilar con el objetivo de dejar la casa en que vivía junto a Britez.
Asimismo, una hija de Britez de un matrimonio anterior, aseguró que su padre le había dicho “hacia tres meses” que Escobar había dejado su casa.
En la investigación, también fue imputado Antonio Lipari como presunto encubridor, ya que según la fiscal fue quien ayudó a Britez a limpiar la sangre que había quedado en la casa y a enterrar a la mujer en el fondo.