Ciro y Los Persas, la banda liderada por Andrés Ciro Martínez -ex vocalista de Los Piojos-, tocará esta noche a las 21,30 en el club Central Córdoba (avenida Alem y Bolívar), como parte de la gira que realiza por el país y que luego continuará en España.
A los 54 años, lleva tres décadas de carrera musical y durante la pandemia decidió celebrarlas editando una trilogía de discos donde está regrabando sus canciones en distintos formatos a los originales. El primero es acústico, se titula “Guerras” y salió en 2020; al segundo -publicado en 2021- lo grabó acompañado por la Orquesta Filarmónica de Mendoza, y el tercero -”Sueños y amores”- contará con colaboraciones que incluirán a Ricardo Mollo, a L-Gante y otros artistas. “La idea fue tomando forma mientras hacía unos vivos para Instagram en los que toqué algunas canciones solo con la guitarra”, contó Ciro en una nota publicada por la revista Rolling Stone.
Respecto de cómo nació la trilogía de reversiones, contó que la idea lo asaltó durante la cuarentena. “Yo nunca fui un cantor de reuniones. No por una cuestión de inhibición, pero sí por ahí por pudor, si se quiere -dijo-. Cuando me junto con amigos no me interesa ser el centro de atención. Puedo contar algo y bla, bla, y me gusta teatralizar la situación y qué sé yo, pero no voy a agarrar una guitarra para que me presten atención y escuchen mis canciones. Porque, además, lo más probable es que a mi amigo no le interese escucharme. Otra cosa es si es alguien que fue y pagó una entrada para verme cantar, no sé. Pero bueno, tocando en los vivos de Instagram le tomé el gusto y me dieron ganas de grabar un disco acústico”.
Luego, la decisión de grabar con orquesta sinfónica, para el segundo disco, tuvo que ver con el gusto por la música clásica que descubrió durante su adolescencia.
“A los 15 años, más o menos, quise ponerme a escuchar y fui a una disquería. Cuando me preguntaron qué tipo de música quería, les dije quería algo medio fuerte y rítmico, que no fuera romántica -relató-. El tipo me dio un disco de Rimski-Kórsakov, un ruso que respondía bastante a lo que quería. Me compré eso y después había unos discos que eran con la tapa como si fuera la de un diario, una colección, con distintos temas de un autor y ahí me compré uno de Wagner, uno de Stravinsky… En casa había algún disco de Bach, porque a mi viejo le gustaba el jazz y decía que había cierta conexión”.
Al definirse como cantautor, Ciro explicó: “creo que soy un buen transmisor de sensaciones, quizá de vivencias. Tengo para crecer técnicamente, he mejorado con el tiempo, pero todavía tengo mucho para desarrollar. Con oficio uno va aprendiendo cosas”.