El 9/10/21 suscribí una columna cuyo título “Exaltación del periodismo” se refería a la decisión del Comité Noruego del Nobel de la Paz de galardonar a dos periodistas: María Ressa, de Filipinas y Dmitry Muratov, de Rusia. Razones del fundamento del premio para el Comité Noruego: “Sus esfuerzos para salvaguardarla libertad de expresión como condición para la democracia y la paz duradera”.  El periodista ruso Muratov, redactor jefe del periódico Novaya Gazeta (desde 2019) se destacó en Rusia por ejercer un periodismo como el que por su modo de hacerlo mereció nada menos que el Nobel de la paz 2021. Hacia finales de marzo último lo que quedaba del periodismo verdaderamente independiente de Rusia era Novaya Gazeta que anunció su cierre temporal presionado por el sistema de control estatal por difundir análisis y  noticias de la invasión guerrera de Rusia. Lo obligaron a dejar de cubrir con su medio lo de Ucrania invadida. Muratov  ya había formulado desde sus columnas, en los primeros días de marzo  un alto el fuego y que éste fuera “incondicional”. Era consciente, y lo expresó en sus escritos, de una amenaza de guerra con armas nucleares entre Rusia, su país y los países integrantes de la OTAN. El millón de euros y un poco más: de ese dinero (al que equivalen 10 millones de corones suecas) compartido con la filipina María Ressa, el periodista ruso “no se quedará con un solo céntimo” como bien lo destaca Naciones Unidas en su portal “Noticias ONU”. Con el comité de redacción del periódico acordaron los modos de distribución y los destinos de los dineros del premio. Mayoritariamente instituciones de asistencia a los periodistas, a los refugiados ucranianos y a instituciones de asistencia a niños enfermos. La medalla de oro del Nobel la entregó el periódico Novaya Gazeta que la recibió de su director Dmitry Muratov, Nobel de la paz 2021, para que con su subasta se obtuvieran fondos para sostener una fundación que se ocupa de los refugiados ucranianos. Vale destacar lo que el Comité Noruego del Nobel expresó cuando otorgó el premio Nobel de la Paz refiriéndose al periódico: “Es una importante fuente de información sobre aspectos censurables de la sociedad rusa que raras veces mencionan otros medios de comunicación”.

Carlos Duguech

c.duguech@gmail.com