Todos hemos escuchado en alguna oportunidad que el perro es el mejor amigo del hombre. Esta frase añeja hace referencia al vínculo de lealtad y amor puro que estos canes brindan a sus dueños. Pero en el caso de las personas ciegas, los perros guía son mucho más que eso; y se convierten en fundamentales.

Esta semana, se ha conmemorado el día internacional de estos nobles amigos de cuatro patas. La efeméride tiene como finalidad concientizar y destacar la labor que cumplen. LA GACETA dialogó con quienes comparten la vida con estos canes.

René Font hace 11 años perdió la visión a causa de una retinopatía diabética. Su vida, desde entonces, cambió radicalmente. Al principio usaba  un bastón blanco para poder movilizarse; sin embargo, después tomó conciencia de que necesitaba otro dinamismo. Así, aplicó a una fundación colombiana que tras varias pruebas le asignaron a Lupe, su perra guía.

"Para nosotros cumplen un rol importantísimo: son nuestros ojos. Las actividades cotidianas que son sencillas para el común de las personas (encontrar el picaporte de una puerta, cruzar la calle o hallar un asiento en un colectivo, entre otras) son las más difíciles para nosotros. Gracias a ellos podemos desenvolvernos de forma independiente sin la necesidad de pedir ayuda. Te cambian la vida", afirmó.

Lupe y su amo están juntos desde hace cinco años y medio. El principal obstáculo al comienzo fue la falta de conocimiento de la sociedad tucumana sobre el tema. "Una persona me llegó a decir que creía que estos animales solo existían en las películas. También hubo situaciones en las que estábamos en la parada de un taxi y algunos choferes se negaron a llevarnos porque no permitían que ella se subiera al vehículo", recordó.

Las barreras no le hicieron bajar los brazos a este hombre. Con paciencia y convencido de lo que estaba haciendo comenzó a concientizar sobre el rol que cumplen estos animales en la vida de las personas ciegas. Y logró cumplir su sueño de crear la primera Fundación Argentina para el Perro Guía. "En el país, solo hay 35 binomios -persona/perro guía- y nosotros queremos que aumente ese número. Que los que sufren esta discapacidad puedan  acceder a ellos. La fundación ya cuenta con la personería jurídica -aval legal que la habilita a funcionar-, estamos buscando un criadero certificado y, en pocos meses, vendrá un adiestrador que radica en Estados Unidos para comenzar a colaborar con nosotros", dijo.

"Pienso que todas las personas que pasamos por este mundo tenemos que dejar una semilla. Yo quiero que se me recuerde por este proyecto que es pionero en Tucumán", concluyó emocionado.

"La historia empezó hace siete años atrás cuando estaba escuchando la novela "Cierra los ojos y mírame" de Manuel Enríquez Turiño. La historia hablaba sobre un joven que pierde la visión luego de un accidente y, también, se refería a los perros guías. Ahí fue cuando me pregunté a mí misma: ¿por qué no? y emprendí la misión de encontrar a uno de ellos", contó Cinthia Vega.

La mujer, oriunda de Resistencia, Chaco, quedó ciega cuando tenía 12 años. Debido a un tumor cerebral perdió el equilibrio y tuvo que dejar de usar el bastón blanco.

La aventura por encontrar un lazarillo se extendió más de lo que pensaba, por razones económicas y jurídicas principalmente. Hasta que, luego de una intensa búsqueda y la ayuda de cientos de personas que colaboraron para recaudar el dinero necesario, viajó hasta la tierra del café para reunirse con Shakira, su primera perra guía, quien la acompañó durante cuatro años hasta que falleció. "Le detectaron un cáncer y en pocos meses se fue. El golpe emocional fue muy duro para mí", contó.

"Después de algunos meses llegó a mi vida Sacha -una perra increíble- y logramos una conexión inmediata. Soy profesora de inglés, locutora y presidenta de una fundación y el acompañamiento de esta labradora me brinda la posibilidad de  moverme de forma ágil y segura. Su amor es incondicional", remarcó.

Por último, esta profesora de inglés, locutora y presidenta de una fundación dejó una importante reflexión . “Las personas con discapacidad cuando no tenemos independencia tendemos a aislarnos o tener que pedir asistencia constantemente. En pleno siglo XXI no estamos para ser asistidos, buscamos ser protagonistas de nuestras vidas y aportar a la sociedad. Por eso luchamos todos los días”, finalizó.

El proceso de formación

No cualquier raza puede cumplir la función de guía. Son, por lo general, labradores o golden retriever, dado que poseen características como su contextura o su carácter que facilitan su labor.

Juan Carlos Guerrero, entrenador de la Fundación Colombiana para el Perro Guía, explicó a este diario cómo es el adiestramiento de estos animales. “El proceso consta de tres etapas y se extiende por dos años. La primera es de educación y sociabilización. Después -a los 10 meses- aprenden el condicionamiento móvil, es decir, se les enseñan recorridos para que puedan guiar a las personas y a sortear obstáculos”,

La última fase es la del acoplamiento. "El perro conoce a su amo y, ambos, aprenden a comportarse como una unidad funcional y a complementarse. Este período, el más delicado de todos,  se extiende por cuatro semanas y hay un seguimiento por parte del entrenador".

"Este tipo de ayuda da la posibilidad a las personas de avanzar y cambiar su realidad. Estos perros tienen un valor único", cerró.