A raíz del asesinato del ex Puma Federico Aramburu, tres fueron los acusados detenidos por la Justicia Francesa. Entre ellos, se encuentra una mujer de nombre Lison (de la que no se reveló su apellido) y dos militantes de ultraderecha, Loïk Le Priol y Romain Bouvier, que están en prisión preventiva mientras la investigación se sigue desarrollando.

Esta semana, L'Equipe publicó un artículo donde reveló que la situación de Bouvier es cada vez más complicada porque se habría comprobado que dos de sus disparos impactaron en el cuerpo del ex rugbier de 42 años. De la misma manera, la policía parisina realizó un allanamiento donde se encontraron diversos objetos que denotan su manera de pensar.

LA ESCENA DEL CRIMEN. En este lugar se desarrolló el asesinato del ex Puma.

Luego del allanamiento, la policía encontró diversas armas de fuego antiguas. Previamente, las autoridades únicamente habían conseguido hallar un revólver de pólvora negra, que Le Priol presuntamente escondió en el puente Alexandre-III, a unas pocas cuadras del bar Le Mabillon, sitio donde se inició el conflicto.

Asimismo, se encontró un chaleco antibalas con el logotipo de la Policía, una estatuilla de Adolf Hitler y una copia de “Mi Lucha”, el libro escrito por el ex líder nazi. Estos hallazgos coinciden con lo publicado por StreetPress, en los que revelaba que al detenido le gustaba definirse como un “caballero fascista” en su círculo de confianza.

Si se habla de los antecedentes de este hombre de 31 años, se encuentra que fue condenado en 2017 a dos meses de prisión condicional por violencia en un hecho que data desde 2015 e integró el GUD (un sindicato de estudiantes franceses de extrema derecha).

En la actualidad, preside un club literario denominado Club Roger Nimier, en el que todos sus miembros se definen como “anarquistas de derecha”.

Fue detenido el 23 de marzo por la Brigada de Investigación e Intervención (BRI) de Nantes en el departamento francés de Sarthe (al oeste del país) debido al uso de su tarjeta de crédito. Según los informes periodísticos que datan de esa fecha, Bouvier no se resistió a la detención y, según L´Equipe, “estaba sentado tranquilamente en un banco”.