El Centro Pompidou de París acogerá desde hoy la primera retrospectiva del argentino León Ferrari (1920-2013), autodidacta e iconoclasta, ejemplo del turbulento compromiso entre política y arte durante el siglo XX en América Latina.

León Ferrari: nadie pudo cooptarlo

"L'aimable cruauté" (La bondadosa crueldad) es el título de esta primera muestra en ese espacio cultural parisino. Entre las obras que integran la exposición, que podrá ser visitada hasta agosto, figuran su más famosa, "La Civilización Occidental y Cristiana" (1965), la escultura de Cristo crucificado en las alas de un avión de combate estadounidense, en referencia a la guerra de Vietnam, así como también su serie "Nosotros no sabíamos" (1976), ese conjunto de recortes de notas periodísticas que denunciaban la desaparición de personas durante dictadura cívico militar en Argentina, régimen de facto en el que también su hijo Ariel fue desaparecido y el artista debió exiliarse en Brasil.

Para León Ferrari, nada de lo político ni de lo artístico era ajeno

A lo largo de su carrera, Ferrari construyó una obra que moviliza a las y los espectadores a tomar posición frente a la intervención artística, una obra que interpela, conmueve y enoja, marcada por la visibilización y la denuncia de la violencia, la exclusión, el disciplinamiento y la tortura.

León Ferrari nunca separó el arte y la política

De profesión ingeniero, escultor autodidacta, cosechó el reconocimiento local e internacional, que alcanzó su punto máximo en 2007, cuando fue elegido mejor artista en la Bienal de Arte de Venecia, donde se le otorgó el "León de Oro", el mayor galardón de una de las bienales más prestigiosas del mundo.

Murió León Ferrari, un artista desobediente que se enfrentó a la Iglesia

Su obra se exhibió en el MOMA de Nueva York, el Museo Reina Sofía de Madrid, España y en la Pinacoteca do Estado de San Pablo, Brasil.