La final del Mundial Sub-17 de Montaigu que se disputó en la región de Vendee, Francia, terminó como una verdadera pelea callejera. El duelo entre Argentina y Brasil tuvo un final bochornoso.
Luego que la selección brasileña se impuso por 2 a 1, comenzaron los festejos a un costado de la cancha. Algunos argentinos se tiraron al piso, tristes por la derrota, pero también hubo otra situación. Alguna cargada de los jugadores del Scratch no les gustó a los juveniles argentinos y allí se desató la locura. Agustín Ruberto y Gianluca Prestianni fueron los dos jóvenes que más reaccionaron
Trompadas, empujones, insultos y un momento de tensión que demoró en finalizar porque a pesar de que muchos querían detener la pelea, se volvían a originar en otros lugares de la cancha. Entre colaboradores, jueces y algunos futbolistas, la violencia llegó a su fin, consignó La Nación.
El seleccionado argentino dirigido por Diego Placente perdió este lunes ante Brasil por 2-1 en la final del torneo amistoso internacional de Monteigu, en Francia y de este modo no pudo defender el campeonato obtenido en 2019.
Es la primera final que pierde el seleccionado juvenil en esta competencia. Las otras dos veces en las que dio la vuelta olímpica fueron en 2002 y en 2019.