Argentina es un país dependiente de sus rutas. Desde que el sistema ferroviario quedó descuidado, el transporte se volcó, obligadamente, al pavimento. Ante este escenario, la infraestructura de las rutas no creció al misma ritmo y el desarrollo de las provincias del Noroeste tampoco resultó equitativo.

Hacía finales de los 90, el ex presidente Carlos Menem había pedido al ingeniero Guillermo Laura la redacción de un proyecto ambicioso que contemplaba la creación de una red nacional de 10.000 kilómetros de autopistas. La iniciativa establecía la sustitución del sistema de peajes por el de esta nueva red, financiada por la tasa de un centavo por cada litro de combustible por cada 1,000 kilómetros de autopista construida. Ese plan, del cual hoy se desconoce su paradero, incluía obras sobre la ruta 40; un eje bioceánico norte para unir Chaco con Salta y de allí conectar la salida a Chile; mejoras en la ruta nacional 38 entre San Miguel de Tucumán y La Cocha; y muchas más.

¿Provincia sin autopistas?

En diálogo con LA GACETA, el ministro de Obras y Servicios Públicos de Tucumán, Walter Fabián Soria, reconoció que la provincia fue una de las que menos progreso vial registró en los últimos años, si se la compara con jurisdicciones vecinas del NOA. “Hubo un descuido de gestionar. Está claro que el estado de las rutas se deterioró y hoy necesitamos llevar adelante un trabajo más profundo. Yo diría que hubo descuidos y ahora queremos revertir la realidad”, manifestó.

El inicio de obras en la autovía entre la capital provincial y Termas de Río Hondo, que se presentará formalmente en los próximos días, significará un emblema para estos nuevos tiempos porque actualmente Tucumán solo posee la autopista a Famaillá. En esta línea, el titular de la cartera confirmó también que el plan de autovía entre la capital y el aeropuerto internacional Benjamín Matienzo se encuentra en estado de proyecto ejecutivo, al igual que el camino de doble trama que unirá Famaillá y Monteros.

“Son proyectos a largo plazo que nos aportarán mayor seguridad y una descarga significativa en las vías. En Tucumán, para la época de zafra el tránsito se dificulta por el tráfico de vehículos pesados”, sostuvo el ministro.

Soria destacó también que observa predisposición en las autoridades nacionales para avanzar con obras estratégicas en esta zona del país, las que mejorarían la conectividad y promoverían las actividades económicas. Más allá del trabajo mancomunado que se pueda coordinar con la Nación, el ministro indicó que también hace falta mejorar las rutas provinciales y en ese sentido la Dirección Provincial de Vialidad tendrá un rol protagónico.

Otra realidad

En los últimos 20 años Jujuy vivenció una realidad distinta a Tucumán y eso se refleja en la entrada a la ciudad capital y la conectividad de ese entramado rumbo a la zona de la Quebrada de Humahuaca. “Los caminos unen pueblos y a lo largo del tiempo el beneficio de tener rutas facilita la entrada y salida de productos y la comunicación. Por eso, la Nación tiene que fortalecer las rutas, porque son las arterias del país. Al no haber tren, toda la producción y el turismo se mueve por ella”, expresó Carlos Stanic, ministro de Infraestructura, Servicios Públicos y Vivienda de Jujuy.

Además de destacar la fuerte impronta que Gerardo Morales le imprimió a la estructura vial de su provincia, lo que posibilitó avanzar con la pavimentación de 16 kilómetros de la ruta provincial 37 entre El Talar y Vinalito, el funcionario reprochó que todavía no se tengan novedades de obras nacionales. “La duplicación en la ruta 34, desde el límite con Salta hasta la zona sur, es una obra que está con complicaciones. Ya tenía financiación del Banco Mundial y se licitó, pero hay un tema de cuestiones técnicas. Las obras en la 66 también tenían fondos nacionales, pero los trabajos están paralizados desde 2019”, fustigó.

En Salta, por lo pronto, están extendiendo la autopista que conecta el ingreso de la ciudad capital con otros puntos del Valle de Lerma.