Adrián Coronel
LG Deportiva
El rugby femenino en Tucumán, a cada año que pasa, crece. La cantera de jugadoras aumenta día a día, siendo la provincias con más jugadoras a nivel país. Y no sólo eso, sino que aporta materia prima para los seleccionados nacionales. Constanza Entable y Lourdes Cabrera (Alberdi RC), Florencia Marín y Ariadna Aballay (Coipú) fueron seleccionadas para participar, con las Yaguaretés, en los próximos Juegos Sudamericanos de la Juventud que se desarrollará en Rosario desde el 28 de este mes al 8 de mayo.
“Es una sensación hermosa estar en la Selección. Siempre lo soñé. Hoy estoy cumpliendo es sueño. Soy una privilegiada. No hay nada más lindo que representar a mi país”, comentó emocionada Constanza, de 18 años, que juega al rugby hace tres. “Me gustó el rugby porque era muy torpe el juego (risas). Siempre fui ‘aguerrida’ para el deporte. Me gusta tacklear y ser tackleada” completó la jugadora de Alberdi.
Por su parte, la otra alberdiana contó que no cae todavía sobre su designación para ser parte del equipo argentino para los Odesur. “Me explota el corazón de felicidad al saber que lo que un momento fue un sueño, hoy se convierta en realidad, que es estar vistiendo los colores más hermoso que son el celeste y blanco”, asegura con el pecho inflado de orgullo Lourdes, nacida hace 16 años en Villa Belgrano.
Para llegar a jugar en la ovalada siempre hay un motivo. En el caso de Cabrera fue porque le gustó el rugby “por cómo se lo jugaba, por el contacto que tiene constantemente. Además por el respeto y los valores que te enseña, a los cuales los inculcamos en la vida cotidiana”, concluye.
En rugby femenino todavía hay mucho por crecer“Me siento muy emocionada por formar parte de la convocatoria. Es un orgullo muy grande. Vengo preparándome hace un tiempo para llegar al objetivo que era formar parte del seleccionado”, relato aún incrédula Florencia, famaillense, que con tan sólo 11 años comenzó a practicar el deporte de la ovalada porque vio jugar a su hermano Martín. Y este la invitó a que pruebe. Ya lleva cinco años haciéndolo. Para estos Juegos tiene un claro objetivo que es ser titular en los partidos, “para demostrar para lo que estoy preparada físicamente. Y por supuesto, ganar la medalla de oro”, cierra.
Por último, la otra famaillense tampoco oculta su alegría: “es una gran satisfacción estar en el seleccionado. Es una oportunidad que vengo esperando desde hace mucho tiempo. Vengo esforzándome el doble para estar a la altura de las exigencias”, relató Ariadna, quien de ser jugadora de hockey pasó a trasladar la guinda y tacklear, decisión que tomó hace cinco años justamente cuando se estaba entrenando con el palo y la bocha y vio cómo jugaban al rugby las chicas del club. Hoy tiene 17 y no se arrepiente, porque además encontró buenas compañeras, el respeto y los valores que le da este deporte. Como dato de color, es la primera integrante de la familia Aballay que juega al rugby. “Personalmente mi objetivo es darlo todo en la cancha, demostrar todo lo que aprendí en este tiempo. Y en lo grupal es ir por todo. Vamos para ganar la medalla de oro”, concluye “Ari”.
Las chicas están listas. Quedan pocos días para que se dé señal de comienzo a los Juegos. Ahora sólo les resta hacer el resto. Y si las cosas salen bien, volver con la de oro colgada, para el orgullo de Alberdi, Famaillá y de toda la provincia.
“Es una sensación hermosa estar en la Selección. Siempre lo soñé. Hoy estoy cumpliendo es sueño. Soy una privilegiada. No hay nada más lindo que representar a mi país”, comentó emocionada Constanza, de 18 años, que juega al rugby hace tres. “Me gustó el rugby porque era muy torpe el juego (risas). Siempre fui ‘aguerrida’ para el deporte. Me gusta tacklear y ser tackleada” completó la jugadora de Alberdi.
Por su parte, la otra alberdiana contó que no cae todavía sobre su designación para ser parte del equipo argentino para los Odesur. “Me explota el corazón de felicidad al saber que lo que un momento fue un sueño, hoy se convierta en realidad, que es estar vistiendo los colores más hermoso que son el celeste y blanco”, asegura con el pecho inflado de orgullo Lourdes, nacida hace 16 años en Villa Belgrano.
Para llegar a jugar en la ovalada siempre hay un motivo. En el caso de Cabrera fue porque le gustó el rugby “por cómo se lo jugaba, por el contacto que tiene constantemente. Además por el respeto y los valores que te enseña, a los cuales los inculcamos en la vida cotidiana”, concluye.
“Me siento muy emocionada por formar parte de la convocatoria. Es un orgullo muy grande. Vengo preparándome hace un tiempo para llegar al objetivo que era formar parte del seleccionado”, relato aún incrédula Florencia, famaillense, que con tan sólo 11 años comenzó a practicar el deporte de la ovalada porque vio jugar a su hermano Martín. Y este la invitó a que pruebe. Ya lleva cinco años haciéndolo. Para estos Juegos tiene un claro objetivo que es ser titular en los partidos, “para demostrar para lo que estoy preparada físicamente. Y por supuesto, ganar la medalla de oro”, cierra.
Por último, la otra famaillense tampoco oculta su alegría: “es una gran satisfacción estar en el seleccionado. Es una oportunidad que vengo esperando desde hace mucho tiempo. Vengo esforzándome el doble para estar a la altura de las exigencias”, relató Ariadna, quien de ser jugadora de hockey pasó a trasladar la guinda y tacklear, decisión que tomó hace cinco años justamente cuando se estaba entrenando con el palo y la bocha y vio cómo jugaban al rugby las chicas del club. Hoy tiene 17 y no se arrepiente, porque además encontró buenas compañeras, el respeto y los valores que le da este deporte. Como dato de color, es la primera integrante de la familia Aballay que juega al rugby. “Personalmente mi objetivo es darlo todo en la cancha, demostrar todo lo que aprendí en este tiempo. Y en lo grupal es ir por todo. Vamos para ganar la medalla de oro”, concluye “Ari”.
Las chicas están listas. Quedan pocos días para que se dé señal de comienzo a los Juegos. Ahora sólo les resta hacer el resto. Y si las cosas salen bien, volver con la de oro colgada, para el orgullo de Alberdi, Famaillá y de toda la provincia.