El kirchnerismo volvió a arremeter contra la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), para lo cual no anduvo con chiquitas. El senador Oscar Parrilli, mano derecha de la vicepresidenta, Cristina Fernández, señaló directamente al presidente del organismo, Horacio Rosatti.
En primer lugar, el parlamentario puntualizó que el Senado no designará a un nuevo representante para el Consejo de la Magistratura (CM) hasta que no se sancione la nueva norma. Y tras cartón, puntualizó que si el lunes asume Rosatti como titular de ese organismo estaría cometiendo un "golpe institucional".
El viernes vence el plazo fijado por el fallo de la CSJN, que obliga a volver a la composición de la ley de 1997 -un CM de 20 miembros, conducido por el presidente de la Corte. Para que se cumpla como esa sentencia, ambas Cámaras del Congreso deben designar un representante para el CM.
Parrilli adelantó que nada hará el Senado respecto de esa designación. "Sería convalidar un fallo inconstitucional", aseguró en una nota de Clarín.
"El lunes no debería pasar nada, salvo que la Corte, al estilo Rambo, consuma un golpe institucional y asalte por la fuerza el CM", dijo el senador ultra cristinista.
Aunque el kirchnerismo no está de acuerdo con que lo haga, admite que la CSJN tiene potestad para declarar inconstitucional la reforma de 2006. Sin embargo, rechazan que tenga la facultad para restituir una ley anterior porque, según sostienen varios referentes, tal es una facultad del Congreso.
"Ellos no son quiénes para legislar. Ya el informe de 2019 del relator de Naciones Unidas, Diego García Sayán, denunció un plan de amedrentamiento desde la Justicia durante el Gobierno de Mauricio Macri", manifestó Parrilli. Además, recordó que tanto Rosatti como Carlos Rosenkrantz habían sido designados durante esa gestión.
El senador también criticó a los dirigentes de Juntos por el Cambio. "En el debate quedó claro que en ellos nunca previeron que el Consejo esté presidido por la Corte. No lo contemplaba ninguno de sus proyectos. Ni siquiera del ex ministro de Justicia Germán Garavano. La ley actual no impide que un juez de la Corte participe. Estipula la integración de jueces de todas las instancias. Pero ellos quieren la presidencia para la Corte por la importancia para designar jueces", sostuvo Parrilli.
Si el lunes la CSJN no extiende el plazo para que el Congreso avance con una nueva ley, y si ambas Cámaras no designan un representante para el CM, esta institución entraría en incumplimiento del fallo judicial. Y como la Corte es el órgano máximo de la Justicia argentina, Parrilli adelantó que no descartan recurrir a la Corte Interamericana o a la Organización de las Naciones Unidas.
"Los dichos de Parrilli ponen a la Argentina a las puertas de un gravísimo conflicto de poderes. Los fallos de la Corte no son de cumplimiento opcional. Son obligatorios", manifestó Mario Negri, presidente del bloque de Diputados de la Unión Cívica Radical.
"Argentina terminaría de sepultar lo poco que queda de confianza en la seguridad jurídica si el mensaje es que los poderes políticos pueden elegir entre cumplir o no cumplir una sentencia del máximo tribunal de la República. Vamos a activar todos los mecanismos legales disponibles para que se ejecute la sentencia y también los mecanismos constitucionales para quien incumpla esa orden, porque claramente sería constitutivo de mal desempeño", agregó.