Ocho preguntas marcaron el camino de Daniel Valdez, un habitante de Escobar, que logró coronarse como campeón y ganó el premio de un millón de pesos. Con el objetivo de concretar un objetivo personal, usará dicho dinero para agrandar su fábrica de churros.
“Me voy a morir, no lo puedo creer”, dijo el ganador mientras sostenía el cheque y recibía los aplausos de los presentes en el programa. “Si bien el ambiente es distendido, tenía muchos nervios. Mi mujer también está muy contenta. Vamos a hacer una gran inversión en el negocio. Pensaba en comprar un equipo de extracción de los vapores y humo de las freidoras”.
Hacemos entre 60 a 80 docenas los días de semana y 500 los sábados y domingos
Durante el 2020, Valdez, junto a su esposa Teresita, iniciaron su emprendimiento llamado “los churros del parque 2020”. Por esta razón, el premio económico le vino como un anillo al dedo para seguir acrecentando su negocio. “Tengo dos freidoras grandes y un extractor chico. Cuando estamos produciendo a pleno, no da abasto lo que tengo, no llega a sacar todo el humo. Busque presupuesto en febrero y salía 260 mil pesos el sistema completo, por lo que el dinero ganado en el programa, lo voy a usar para esto”, aseguró.
Además, el emprendimiento de Valdez tienen diversos sabores como: “frambuesa, crema pastelera, de manteca y chocolate, Nutella, chocolate blanco y negro”, aunque los más reclamados por el publico son los típicos de dulce de leche.
El inicio del empredimiento se dio porque uno de sus hijos, que tiene un Trastorno de Espectro Autista, solo comía unos churros específicos de una plaza en Escobar. “Una tarde, fuimos al parque a comprarlos y no estaban los churros. Tampoco los conseguimos los días siguientes, eso hizo que se enoje mucho mi hijo. Pensé: 'Voy a comprar una máquina manual chiquita, de esas que venden en los bazares y voy a buscar una receta'”, relató Valdez.
Las ideas empezaron a fluir y con el objetivo de cumplir el pedido de su hijo, empezó a probar con diversos ingredientes hasta dar con el resultado esperado. “En ese momento, trabajaba en una empresa de autopartes y como me habían sobrado algunos, decidí llevarlos. La gente me dijo que estaban muy ricos y que tenía que seguir haciendo más”.
En la fábrica me empezaron a hacer pedidos, me encargaban 10 docenas diarias, entonces, investigué en internet la idea de hacer un negocio y lo vi muy rentable
“Me siento muy feliz, la gente me reconoce en el parque, en la calle y me saluda. Esto fue gracias al boca en boca de los vecinos, una vez que vinieron y les gustaron los churros, siempre pasan con su propia bolsita a comprar. Vamos a sacarle mucho provecho al premio, necesitábamos un envioncito”, concluyó.