“Vamos a bailar, vamos a cantar y no vamos a poner los nombres de nadie en nuestras bocas”, propuso el conductor, Trevor Noah. al comienzo nomás de la 64a entrega de los premios Grammy, el domingo, como para tomar distancia del episodio Will Smith-Chris Rock en los Oscar.
Y de bailar y cantar explosivamente, como en una redención pospandémica, se trataron los premios mayores en la industria de la música.
- Todo empezó tibio, con J. Balvin y la única argentina que aparecería en escena, María Becerra, en el escueto espacio dedicado los músicos latinos.
- Después, cada show fue subiendo la temperatura en puestas en escena y despliegue de talentos, alternando con exteriores imponentes del MGM Grand Garden Arena de Las Vegas y ratificando la superioridad técnica y tecnológica de la TV estadounidense como fábrica de shows.
- En medio de tanto agite, brillos y excentricidades hubo un invitado especial que marcó la más clara diferencia con la ceremonia del Oscar. De riguroso verde militar el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, apareció en un corto video para decir que los músicos ucranianos llevan “chaleco antibalas en lugar de esmoquin”, y pidió a los aficionados que “cuenten la verdad sobre la guerra”, en relación con el conflicto con Rusia “que trae un silencio horrible con sus bombas. El silencio de la muerte. Llenen ese silencio con su música”. John Legend al piano respondió con su canción “Free”, junto a exiliadas ucranianas -la cantante Mika Newton y la poeta Liuba Yakimchuk-. Luego la academia compartió un enlace para enviar ayuda a Ucrania.
- Jon Batiste era el artista más nominado y se alzó con cinco gramófonos dorados de los ocho a que aspiraba. El pianista de Nueva Orleáns, intérprete de jazz de carrera meteórica, se hizo conocido como líder de la banda del late night show de TV de Stephen Colbert. Entre otros hitos, su música se escuchó en “Soul”, el éxito de animación de Pixar. Su álbum “We are” ganó la importante categoría mejor álbum del año. Y en su performance en vivo se pudo constatar su virtuosismo en el piano y su despliegue en escena, en una coreografía electrizante.
- Se podría decir que a Bruno Mars y Anderson Paak fue a quienes mejor les fue en los Grammy. “Silk Sonic”, el proyecto funk retro que los ha unido, tenía cuatro nominaciones importantes y se llevó los cuatro premios. Además demostraron en vivo que el funk corre por sus venas, si bien la audiencia quedó esperando al Mars más bailarín.
- Tres premios fueron para Foo Fighters, que no pudo celebrarlos ni actuar en vivo por la intempestiva muerte de su baterista, Taylor Hawkins.
- Uno que ni se asomó fue el rapero Kanye West (cinco nominaciones) por comportamiento reprochable en las redes sociales.
- Fue un show tras otro a lo largo de más de tres horas y media, y para todos los gustos, entre otros: una Billie Eilish oscura, muy celebrada y con aguacero incluido; Lil Nas X en impactante vestuario y coreografía jugada; Lady Gaga como la impecable señora vintage; o Brandi Carlile, con sus agudos interminables.