Durante el transcurso de esta semana todos los organismos públicos, instituciones de investigación y organizaciones de productores trabajaron sin descanso en la zona de Manuel García Fernández y de sus adyacencias, recorriendo y buscando al insecto vector del HLB. Lo hicieron en cumplimiento de los requerimientos que estipula el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ante una contingencia fitosanitaria como esta, cuando el vector fue detectado en una planta cítrica del arbolado urbano.
El miércoles, nuevamente se detectó la presencia del vector, según comunica la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) en el suplemento de hoy. A raíz de ello, las labores de seguimiento, de monitoreo y de control deben continuar para prevenir que la enfermedad se establezca.
El Huanglongbing o HLB, enfermedad mortal de los cítricos, y su insecto vector Diaphorina citri, ya se encuentran en muchas zonas productoras citrícolas del mundo, y están haciendo estragos en las plantaciones. Todos los que conocen sus efectos y cómo se comporta esta bacteria afirman que enfrentarla implica que todo el sector y la sociedad conozca este flagelo.
Para combatir esta enfermedad hay que apuntalarse en la capacitación, en la vigilancia y en el monitoreo. Se trata de tres herramientas fundamentales para la detección precoz del HLB y de su insecto vector, Diaphroina citri. Es el camino que se está recorriendo actualmente.
Desde hace algo más de una década, la Eeaoc, en conjunto con otros organismos oficiales como el Senasa, el Ministerio de Desarrollo Productivo de Tucumán y con el sector privado -representado por la Asociación Fitosanitaria del Noroeste Argentino (Afinoa) y por la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnoa)-, trabajan en la implementación de diferentes acciones de vigilancia, de monitoreo y de capacitación en toda el área citrícola de la región. Producto de ese esfuerzo, se destaca la implementación de una red de trampeo de Diaphroina citri, que abarca más de un 50% de la superficie citrícola de Tucumán y las localidades ubicadas a la vera de la red vial primaria y secundaria de la provincia. También puede mencionarse más de medio millar de capacitaciones dictadas a todos los agentes de la cadena citrícola, como productores, técnicos, personal de campo, monitoreadores, estudiantes de escuelas agrotécnicas, entre otros; y la mejora y la implementación de las barreras fitosanitarias.
A partir de las nuevas detecciones de plantas y de insectos que portan la bacteria causante del HLB en diferentes provincias, y de la aparición de la chicharrita en Tucumán amerita la intensificación de las acciones arriba mencionadas.
La institución de investigación agroindustrial tucumana y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), mediante sus técnicos, insisten en que el sector productivo debe intensificar los monitoreos en campo de síntomas sospechosos de la enfermedad, como así también al monitoreo de brotes para la detección del insecto vector.
Los especialistas indican que teniendo en cuenta los aspectos epidemiológicos de la enfermedad y las experiencias de manejo del HLB en otras regiones del mundo, resulta necesario insistir de manera permanente en el involucramiento de todos los productores y vecinos de una localidad o región y de manera coordinada.
Ya la Eeaoc elaboró un programa maestro, con su correspondiente plan de contingencia, que está siendo aplicado. Todo el sector debe adherirse.
La capacitación permanente de todos los involucrados debe ser prioritaria, debido a las actuales circunstancias que se dan en la provincia. Sobre todo en lo referente al reconocimiento de las principales características -para identificar el vector, y los síntomas de la enfermedad, y para evitar confusiones con otras afecciones de las plantas o deficiencias nutricionales-; a la metodología de monitoreo, y a la toma de muestras de material sospechoso.
Los técnicos afirman que debe ponerse énfasis en la prevención y en la detección precoz de la enfermedad y/o del insecto vector. Para ello, se debe incorporar, como primera medida, el concepto del monitoreo de síntomas sospechosos de la enfermedad y del insecto vector en forma periódica dentro de las actividades rutinarias de la empresa citrícola y contar con personal capacitado para poder realizar los monitoreos de la manera más eficiente.
Tucumán cuenta con una actividad agroindustrial citrícola de envergadura que posee un alto grado de formación de recursos humanos -en los organismos de investigación y/o fitosanitarios y en el sector privado- para afrontar la problemática del HLB.
Esta fortaleza debe ser aprovechada, y se debe seguir en la lucha permanente de prevenir el ingreso de la bacteria a la provincia. No se deben bajar los brazos en ningún momento; y hay que intensificar todas las actividades preventivas.