1- El hospital maternoinfantil de Mariúpol queda reducido a escombros
Una parturienta evacuada entre las cenizas de una Maternidad en la ciudad sureña de Mariúpol compone la que quizá sea la postal más conmocionante de los daños causados por la invasión del Ejército ruso que comanda el autócrata Vladimir Putin. El bombardeo fue constatado el 9 de marzo de 2022. Los videos e imágenes muestran las salas destrozadas e instalaciones completamente inutilizadas. “Un hospital infantil, una maternidad… ¿cómo pueden estos lugares amenazar a la Federación Rusa? ¿Qué es este país que tiene miedo de los hospitales, las salas de maternidad y los está destruyendo? ¿Las mujeres embarazadas iban a disparar en Rostov? ¿Alguien en la sala de maternidad humilló a los hablantes de ruso? ¿O fue la desnazificación de un hospital?”, interrogó el presidente Volodimir Zelenski en una intervención en la que postuló a este bombardeo como ejemplo de los crímenes de guerra cometidos por la fuerza invasora.
Las autoridades manifestaron que la agresión al hospital mató a al menos dos niños y dejó otros 15 heridos. Ucrania sostiene que Rusia está violando las reglas internacionales que preservan a los centros sanitarios de la guerra. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el jueves se habían constatado 24 ataques contra lugares de atención médica. Sergei Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, expresó que el hospital de Mariúpol había sido tomado por un batallón de Azov, grupo paramilitar ucraniano de extrema derecha calificado como parte del movimiento neonazi, y otros radicales, y que “todas las mujeres que iban a dar a luz, las enfermeras y el personal de apoyo habían sido expulsados”. Los informes oficiales de Ucrania calculan que más de 1.500 ciudadanos de Mariúpol han perecido ya como consecuencia de la guerra.
2- El aeropuerto de Vinnytsia vuela por los aires y deja nueve muertos
Una lluvia de misiles destrozó el Aeropuerto Internacional Havryshivka de Vinnytsia, una ciudad ubicada al suroeste de Kiev, el 6 de marzo de 2022. El bombardeo terminó con la vida de nueve personas, según reportaron las autoridades ucranianas. “Ocho misiles (fueron lanzados) contra nuestra ciudad, contra nuestra pacífica y buena Vinnytsia, que nunca ha amenazado a Rusia. De ninguna manera puede tolerarse esto. Ataque con misiles… es algo muy cruel y cínico”, manifestó Zelenski al respecto en un video publicado en las redes sociales. El presidente ucraniano aprovechó el suceso para reiterar su pedido de establecimiento de una zona de exclusión aérea a los Estados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), medida que los países occidentales se resisten a implementar por su capacidad para mundializar la guerra. “Repetimos todos los días: cierren el cielo sobre Ucrania. Ciérrenlo para todos los misiles rusos, para los aviones, para todos estos terroristas. Hagan una zona aérea humanitaria sin misiles, sin bombas”, insistió el mandatario.
Las imágenes revelan el trabajo de los bomberos para apagar las llamas y la búsqueda de víctimas entre las ruinas del aeropuerto. En los primeros días de la guerra, el Ejército ruso dirigió buena parte de sus esfuerzos a inutilizar la infraestructura estratégica de Ucrania. Esa tarea dejó fuera de servicio a rutas, caminos y estaciones de transporte de importancia crítica para un país asediado, que en el presente depende en forma relevante de la asistencia internacional. Se trata de vías que no sólo permiten el aprovisionamiento de comida y de medicamentos, y la salida de los refugiados, sino también la llegada de las armas enviadas por los países aliados con Estados Unidos a la cabeza para fortalecer la resistencia ucraniana.
3- Los proyectiles impactan en Babi Yar, sitio para la memoria del Holocausto
La acción rusa en las inmediaciones de Babi Yar, un lugar que recuerda la masacre de judíos perpetrada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, activó de un modo particular la indignación contra Putin, quien había justificado la invasión en la necesidad y urgencia de “desnazificar” Ucrania. Este hecho sucedió el 1 de marzo en las afueras de Kiev: según Zelenski, la operación causó cinco muertes. “Pregunto al mundo: ¿de qué sirve decir ‘nunca más’ durante 80 años si después la comunidad internacional se queda en silencio cuando cae una bomba en el mismo sitio de Babi Yar? Al menos cinco muertos. La historia se sigue repitiendo…”, tuiteó el presidente.
En el barranco de Babi Yar hay un monumento que recuerda al que quizá sea el punto de partida del genocidio ordenado por Adolf Hitler. En esta masacre de 1941 perecieron en apenas dos días alrededor de 33.000 judíos que se habían congregado allí con la promesa de recibir auxilio y la posibilidad de salir de la ciudad ocupada por los soldados alemanes. Se trata de un hito inscrito en el intento de Hitler de conquistar la Rusia en aquel momento gobernada por Iósif Stalin. Babi Yar (o Babyn Yar) es un espacio sagrado para las víctimas del antisemitismo y su ataque desencadenó la reacción de las instituciones consagradas a recordar la tragedia judía, como el Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos. En un comunicado, el museo condenó los continuos ataques rusos contra el pueblo ucraniano y la pérdida de vidas inocentes; la explotación del nazismo como pretexto para estos ataques; el flagrante desprecio por la verdad histórica y la agresión de uno de los más importantes sitios conmemorativos del Holocausto.
4- El incendio en la planta nuclear de Zaporiyia agita el fantasma de Chernóbil
El mundo se preparó para el escenario más temido el viernes 4 de marzo de 2022, mientras las noticias daban cuenta de los daños infligidos a la planta nuclear de la ciudad de Energodar, Zaporiyia, la más grande de Ucrania. Humo y llamas salían de las instalaciones de la central dotada de seis reactores, señales que abonaron la preocupación por un desastre similar al acaecido en el establecimiento ucraniano de Chernóbil, en 1986. “El Ejército ruso está disparando desde todos los lados contra la planta de energía nuclear de Zaporiyia, la planta de energía nuclear más grande de Europa”, tuiteó el ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba. “¡Amenaza para la seguridad mundial!”, alertó el intendente de Energodar, Dmitry Orlov, en Telegram. Finalmente, el ataque no derivó en un escenario de destrucción masiva.
Luego de los combates, los invasores al servicio del Kremlin tomaron el control de esta área ubicada al sureste de Kiev, y los bomberos pudieron apagar el fuego. El incidente puso en marcha los mecanismos de verificación de los niveles de radiación, que no detectaron anomalías. La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA por sus siglas en inglés) certificó que los reactores “estaban a salvo” mientras que las autoridades ucranianas precisaron que el incendio había afectado edificios administrativos de la planta, cuya defensa produjo muertos y heridos. Los especialistas también descartaron un accidente nuclear explosivo como el de Chernóbil -actualmente también bajo el dominio ruso- debido al tipo de tecnología y a las medidas de protección implementadas en Zaporiyia, pero advirtieron que existía el riesgo de que un corte en el sistema de enfriamiento ocasionara un peligro de radiactividad descontrolada como el acaecido en Fukushima, Japón, luego del tsunami de 2011.
5- Una bomba de 500 kilos que no explotó, símbolo de la matanza en Chernígov
Un artefacto explosivo de 500 kilos ingresó en una torre de departamentos, pero no detonó: la foto de la bomba postrada en el suelo atrajo la atención sobre los bombardeos en áreas de viviendas y comerciales que ocasionaron decenas de muertos en la Chernígov, una ciudad ubicada al noreste de Kiev. El canciller ucraniano Kuleba tuiteó la imagen el 6 de marzo y exclamó: “esta horrible bomba rusa cayó sobre un edificio residencial en Chernígov y no explotó. Muchas otras sí lo hicieron, y aniquilaron a hombres, mujeres y niños inocentes. ¡Ayúdanos a proteger a nuestro pueblo de los bárbaros rusos! ¡Ayúdanos a cerrar el cielo! ¡Necesitamos aviones de combate! ¡Hagan algo!”.
Otras fotos satelitales confirman el estado deplorable de esta urbe de alrededor de 280.000 habitantes. Un pronunciamiento de Human Rights Watch (HRW) afirma que Chernígov está siendo arrasada con crueldad. La organización detalló que en un bombardeo sin objetivos específicos del 3 de marzo fallecieron 47 habitantes, entre ellos ciudadanos que hacían colas para comprar pan o medicamentos, y que los daños alcanzan a barrios enteros. “La Corte Penal Internacional y otras autoridades pertinentes que investigan posibles crímenes en este conflicto deben determinar si en Chernígov se cometió un crimen de guerra y deben dar señales claras de que las personas responsables rendirán cuentas de sus actos”, reclamó Ida Sawyer, directora de HRW. Amnistía Internacional diagnosticó que las bombas arrojadas por los aviones rusos el 3 de marzo constituyeron “un ataque indiscriminado y despiadado contra personas que realizaban sus actividades cotidianas en sus casas, en las calles y en las tiendas”.