La muerte del periodista, productor y conductor televisivo Gerardo Rozín, en la noche del viernes, sacudió a la televisión argentina. A dos días de que se conociese que se encontraba en estado delicado (su salud estaba reservada a sus íntimos), falleció rodeado de su familia, lo que enlutó por igual a amigos, colegas, artistas, dirigentes sociales y políticos y, especialmente, a su fiel audiencia.
Una demostración del pesar se vio ayer, en el barrio porteño de Almagro, donde la casa mortuoria de avenida Independencia 3.899 convocó a personalidades nacionales como el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Béliz, el empresario teatral Carlos Rottemberg, el directivo del Viacom CBS Darío Turovelzky y el gerente de contenidos de eltrece Pablo Codevila. Además, estuvieron Nicolás Repetto, Beto Casella, Romina Manguel, Julio Bárbaro y Daniel Hadad, entre familiares y personas cercanas al creador de programas como “Esta noche libros” y “Gracias por venir”.
Tras la despedida en Buenos Aires, los restos de Rozín serían inhumados hoy en el Cementerio Israelita de Rosario, la ciudad en la que nació el 18 de junio de 1970, donde también descansa su madre.
Estilo personal
Dueño de un personal estilo que alcanzó popularidad en la pantalla de Telefe con ciclos como “Morfi, todos a la mesa” y “La peña de morfi”, desde donde recuperó la música popular tocada en vivo en la TV abierta, murió a los 51 años.
La causa del fallecimiento fue un tumor cerebral maligno que sufría desde hace un año. Telefe, el canal donde trabajaba, anunció el mismo día de su deceso la postergación del estreno de la séptima temporada de “La peña de morfi”, que iba a comenzar hoy con Iván de Pineda en su reemplazo. Por ahora, el programa no tiene fecha.
Rozín se formó en el Canal 3 de su ciudad natal y en la redacción de Rosario/12. Saltó a la pantalla nacional como productor de “Sábado Bus”, el magazine nocturno comandado por Nicolás Repetto, donde impuso el segmento “La pregunta animal”, que luego se independizó como programa propio.
De ahí en adelante su trayectoria se repartió en varios ciclos exitosos como conductor y productor. Pero sin dudas fue en “Morfi, todos a la mesa” y “La peña de morfi”, sus dos últimos envíos, donde configuró acabadamente su perfil como animador jovial, entrevistador cálido y enorme difusor de la música popular argentina, a la que le dio un espacio en vivo que se le sigue retaceando. En marzo de 2017, al filo de iniciar la tercera temporada de “Morfi…”, su creador le dijo a Télam que la apuesta era “reforzar lo que lo construido para afirmarse como el show de la mañana en televisión”.
En ese reportaje explicó el impacto emocional de sus entrevistas: “soy curioso de verdad y trabajo cada reportaje como si fuera el primero que hago. Para cada charla me pongo un objetivo y salgo a buscar un tono o un tema para divertirme o una confesión”.
Música en vivo
Un año y medio después, al analizar la buena audiencia lograda con los recitales de música en vivo en “La peña de morfi”, Rozín señaló: “que hubiera música en vivo fue un lío para todo el mundo pero terminó siendo muy bueno para los músicos y para la gente del canal implicó mostrar que se puede montar un show con un buen sonido. En definitiva fue muy motivador para todos”.
Sobre el espíritu de ese espacio, configurado como un gran escenario musical, añadió: “el objetivo es mezclar consagrados con buenos pero menos populares y eso dio resultados curiosos aunque el manual de la TV te dice que no”.
Entonces descartó la comparación con Juan Alberto Badía (y sus ciclos como el emblemático “Badía & Compañía”) y sostuvo: “soy como un Badía sin talento. En realidad yo me siento más cercano a Juan Carlos Mareco, de quien era fanático y lo considero mi referente”. Y también definió su estilo indicando: “para lo que es la industria tengo un ciclo muy afortunado. Hace 10 años empezamos a hacer una televisión más artesanal que lo que el medio pide y logré salir por otro lado produciendo cosas a partir de géneros televisivos que por ahí estaban en desuso y los repusimos a nuestra manera”.
Antes del inicio de la pandemia de coronavirus, cuando “La peña…” preparaba su quinta temporada, Rozín arriesgó que el suceso del espacio se debía a que “se trata de una mezcla y que nos lo tomamos en serio. Hay compromiso con el trabajo. Todo está muy laburado y es muy divertido. Y, en el plano musical, siempre intentamos sorprender. Hay una profunda búsqueda por la excelencia”.
Lo despiden los tucumanos
Ojalá que haya más rozines
“Se fue un indispensable para nuestro trabajo. Puso todo el amor para hacer más hermosa nuestra profesión y creó un espacio inimaginable en los tiempos que corren. Tuve la suerte de estar en su programa y fue una maravilla su proceder, cosa extraña y por ende de muchísimo valor para nosotros. Lamento mucho su ausencia. Ojalá que haya más Rozines en nuestra profesión. Los necesitamos”. (Lucho Hoyos, cantante, compositor)
Un espacio para los músicos
“Gerardo Rozín era un estudioso de lo que hacía como productor y conductor. Fue muy generoso poniendo a disposición de los músicos populares, conocidos o no, un espacio que permitió que los domingos la familia compartiera momentos únicos”. (Roberto Pérez, Los Tucu Tucu, Por siempre Tucu).
Querían que condujera el Atahualpa
“Lo conocí personalmente en 2018, en un encuentro de difusores en Buenos Aires. Él estaba invitado a dar una charla, pero participó de los tres días del encuentro. Conversamos, intercambiamos ideas y contactos, le mostramos proyectos y empezamos a hablar de la posibilidad de que viniera a conducir el Festival Atahualpa para los 25 años, obviamente a pedido de la familia Urueña (los organizadores) que también lo admiraban por cómo exponía el folclore en la escena nacional. Algo tan difícil y tan complicado, sobre todo en el canal donde trabajaba, donde es imposible llevar una propuesta del interior a esos espacios. Era excelente, atento, muy humilde, atendía siempre el teléfono. Hay una frase suya que me marcó: ‘Poné vos el precio’. Era uno de los conductores más importantes del país quien me lo decía. Ese detalle habla de un aspecto de cómo era. Lo vamos a extrañar un montón. Quedó pendiente el tema de una conducción tan importante como la del Atahualpa, y también que viniera a hacer ‘La peña de morfi’ desde acá. Hablamos de muchos proyectos, después vino la pandemia y había que retomar esas posibilidades para este año”. (Gonzalo Soraire, productor)
“Lo vamos a extrañar”
“Durante el aislamiento social de esta pandemia, que nos obligó a tomar distancia y a encontrarnos más cerca de los que teníamos cerca, apareció Gerardo, conduciendo un programa diferente, poniendo alegría a la tristeza colectiva, dando ánimos a la incertidumbre, alegre, libre, sin importarle el ridículo, plástico, flexible. Recuperó escenarios de trabajo convocando a figuras relevantes y otras no tanto. Un tipazo. Era esa familia que llegaba a comer el asado los domingos, entraba a la casa con confianza ganada. Lo esperábamos mientras preparábamos comida para dos y él era el coanfitrión de una multitud de artistas con buena onda. Lo esperábamos, deseábamos su llegada... Lo vamos a extrañar”. (Martha Litvak, Magister en Trabajo Social).
Un programa entero de los sosa
“En 2017 tuve la posibilidad de participar con mis primos Claudio y Coqui Sosa en ‘La peña de morfi’, por un homenaje a la tía Mercedes. Justo ese día, que era 9 de Julio, en los canales tucumanos pasaban a esa hora el desfile patrio, así que no se lo vio acá en directo. La invitación era para cantar en un bloque sólo cuatro canciones. Pero terminó siendo todo el programa nuestro porque cuando Gerardo nos escuchó cantar en la prueba de sonido se le ocurrió que había que extender nuestra participación. En producción fueron buscando imágenes, y nos consultaban qué canciones de la tía nos golpeaban más fuerte. A partir de este intercambio personal con él, decidíamos qué temas cantaríamos. Nosotros estábamos afilados con el repertorio porque veníamos de varias actuaciones previas. Resultó un programa muy cálido, muchos televidentes se comunicaron y él quedó muy contento. Cuando salíamos se escuchaba un griterío. Pregunté qué pasaba y era que toda la producción festejaba, porque con nuestra participación le habían ganado en rating a Mirtha Legrand. Aclaro que él no nos conocía, y sin embargo después nos alentó a que debíamos grabar un disco y salir a presentarlo. Tenía esa deferencia de sugerir por dónde había que ir, con su intuición del espectáculo. ‘Yo no estoy produciendo ahora, pero me encantaría. Les va a ir bien, y siempre pueden contar con este programa’, nos dijo”. (Adrián Sosa, cantante, compositor).