Familiares y amigos de Gerardo Rozín se acercaron hasta la cochería Caramuto, en el barrio porteño de Almagro, para darle el último adiós al querido periodista y conductor.
Los restos de Rozín, quien falleció ayer a la tarde, fueron velados entre las 11 y las 15 del sábado para luego ser trasladados a su ciudad natal, Rosario. El periodista y conductor será enterrado en el Cementerio Israelita de esa localidad santafecina, dónde también fue inhumada su mamá.
“Éramos de mucha charla. Últimamente no nos habíamos visto tanto, pero hablábamos por teléfono. Era un tipo de bien, no hizo cosas jodidas, no tenía la vocación del conflicto. Rozín aportó mucha creatividad en la TV. Tuvo una vida breve, pero bien vivida y de disfrute”, recordó Beto Casella en un móvil con TN, uno de los primeros de llegar a la sala velatoria hoy.
En la casa velatoria estuvieron presentes Mariana Basualdo, primera mujer de Rozín, quien llegó junto al hijo de ambos Pedro (18). Por su parte, Carmela Bárbaro, madre de Elena (7), decidió no ir al entierro por pedido de la pequeña, quien prefirió recordar a su padre en la intimidad de su hogar. La última pareja de Rozín, Eugenia Quibel, optó por no mostrase frente a los fotógrafos.
Entre los colegas y figuras del espectáculo que asistieron al velorio estuvieron, además de Casella, Nicolás Repetto, Julieta Prandi, Zaira Nara, Daniel Hadad, Pablo Codevila, Luciano Pereyra, Guillermo Andino y Carolina Prat, Sebastián Wainraich y Dalia Gutmann, Nancy Pazos, Jairo, Jésica Cirio y Martín Insaurralde y Carlos Rottemberg, entre muchas otras personas del medio.
“Era un tipo muy inteligente, muy gracioso pero profundo, sensible y agradecido. Leal. Se lo va a extrañar. Fue una gran persona”, reconoció Nicolás Repetto, con quien hizo “Sábado Bus”.
También se expresó Julio Bárbaro, quien supo ser familia del entrañable presentador como padre de su ex esposa: “Yo lo quise mucho. Soy el viejo suegro que vino a despedir a un amigo. Él amaba la familia y a todos. No le conocí un enemigo ni me hablaron mal de él”.
Diego Torres no pudo estar por encontrarse en el exterior, pero envió una corona de flores con un emotivo mensaje: “Gracias por el lugar que le diste a la música. Mi abrazo a tu familia, amigos y compañeros de trabajo. QEPD”.
El coche fúnebre encargado de trasladar los restos de Rozín hasta Rosario salió del garage de la sala velatoria y se detuvo unos instantes frente al público que aguardaba en la vereda para que puedan despedirlo con un emotivo aplauso. Sobre el cajón extendieron la bandera de Rosario Central, el club de fútbol amado por Rozín que se definía como "canalla" de nacimiento.