Las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) generadas por el sector energético alcanzaron el nivel más alto de la historia en 2021, una evolución atribuida a la recuperación de la economía tras el impacto de la pandemia de coronavirus, informó la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Durante el año pasado, las emisiones repuntaron el 6% respecto de 2020 y alcanzaron las 36.300 millones de toneladas generadas, de acuerdo con el informe publicado por la agencia de noticias Europa Press y reproducido por Télam en su portal de noticias. A su vez, estas emisiones se debieron al aumento del uso de la energía térmica.

Por su parte, el incremento de las emisiones de CO2 durante 2021 en más de 2.000 millones de toneladas supone el mayor incremento en la historia en un año en términos absolutos, situándose por encima del 2020.

En tanto, la AIE señaló que la recuperación de la demanda energética a lo largo de ejercicio anterior se produjo en un contexto de meteorología y condiciones del mercado energético adversas, lo que trajo aparejado un notable repunte de los precios del gas natural, insumo que este año está siendo afectado por la guerra entre Ucrania y Rusia.

Esta situación provocó una mayor quema de carbón, a pesar de que la generación de energías renovables registrada también experimentó el mayor crecimiento histórico.

Los datos

Las cifras de emisiones globales de CO2 son calculadas por la AIE de manera detallada región por región, de acuerdo con los datos nacionales oficiales y los informes energéticos, económicos y meteorológicos disponibles públicamente.

Estos datos también se combinan con las estimaciones de emisiones de metano que el organismo publicó hace un mes, junto con las estimaciones de óxido nitroso y emisiones de CO2 relacionadas con la quema.

De esta forma, los números muestran que la recuperación económica después de la crisis de coronavirus no fue sostenible, tal y como el director ejecutivo de la IEA, Faith Birol, pidió durante las primeras etapas de la pandemia que hoy cumple dos años desde que se declaró así por parte de la Organización Mundial de la Salud.

La AIE subrayó que el mundo debe garantizar que el incremento de emisiones en 2021 fue “excepcional”, y que una transición energética acelerada “contribuye a la seguridad energética mundial y reduce los precios de la energía para los consumidores”.

En concreto, el carbón representó en torno al 40% del crecimiento de las emisiones energéticas globales en 2021, alcanzando su máximo histórico en 15.300 millones de toneladas.

Por otro lado, las emisiones de CO2 del gas natural también aumentaron, superando los niveles previos de 2019, hasta las 7.500 millones de toneladas.

En cuanto a las emisiones provenientes del petróleo, permanecieron significativamente más bajas que los niveles pre-pandemia, con 10.700 millones de toneladas, a causa de la recuperación limitada de la actividad del transporte cuando se relajaron las medidas sanitarias a nivel global. A su vez, la producción eólica y solar fotovoltaica también aumentó sus niveles.

El informe de la AIE atribuyó en buena medida el repunte de las emisiones globales de CO2 por encima de los niveles prepandémicos a China, donde aumentaron en 750 millones de toneladas de 2019 a 2021.

A pesar del repunte en el uso del carbón, las fuentes de energía renovable y la energía nuclear proporcionaron una mayor proporción de la generación de electricidad mundial que ese mineral. La generación basada en energías renovables alcanzó un máximo histórico, superando los 8 000 teravatios-hora (TWh) , lo que implica 500 TWh por encima de su nivel de 2020. La producción eólica y solar fotovoltaica aumentó en 270 TWh y 170 TWh, respectivamente.

No obstante, el documento de la IAE refleja que las emisiones en la producción económica mundial de las economías más avanzadas se recuperaron de manera menos pronunciada que en otros territorios.