“Debemos lograr que la ciudadanía cambie el enfoque sobre el modo de resolver los conflictos. Lamentablemente la venganza y el sufrimiento son moneda común en estos días y la gente cree que son el único camino hacia la paz, cuando en realidad vemos que sus efectos degradan día a día el tejido social”, describe el juez el juez Penal de Niños, Niñas y Adolescentes Federico Moeykens, a propósito de la iniciativa de la Federación Argentina de la Magistratura y Función Judicial (FAM) de habilitar un espacio iberoamericano para aplicar estas prácticas.
En la apertura del año judicial, Leiva destacó que se dictaron 2.517 sentencias del fuero penal en 2021La iniciativa fue presentada en el marco de una reunión encabezada por la presidenta de la FAM, Marcela Ruiz, jueza de la Cámara Civil y Comercial del Centro Judicial Capital. Persigue el objetivo de fortalecer y difundir estas prácticas en países de la región, aplicadas al campo de la Justicia, a las escuelas y las organizaciones no gubernamentales (ONG), así como con comunidades, universidades, familias y organismos.
Tiempos violentos: “ni con el Derecho ni con la Justicia se pudo resolver estos casos”- ¿De qué hablamos cuando nos referimos a prácticas restaurativas?
- Cuando hablamos de prácticas restaurativas o con enfoque restaurativo nos referimos a mecanismos de resolución que sirven para abordar cualquier conflicto y que se rigen por el principio de equidad y transformación de las relaciones desiguales. Se trata de una manera distinta de abordar las respuestas clásicas a acciones que riñan con la ley. Estas prácticas se centran más que en el castigo, en el daño y las opciones de reparación, equilibrando las necesidades de la víctima, el infractor y de toda la comunidad. También permiten la resolución pacífica del conflicto.
Daniel Leiva: “priorizamos quitar trabas en el acceso a la Justicia”- ¿Qué se busca con el lanzamiento de este espacio?
- Lo que se busca con este espacio es básicamente promover desde el punto de vista teórico y también llevar al campo práctico acciones que promuevan la responsabilidad social y fomenten las relaciones ciudadanas. Pretendemos generar lugares de diálogo pacífico, con buena convivencia social, y lograr un mejor ambiente en la escuela, trabajar con adolescentes en conflicto con la ley penal, mejorar la convivencia ciudadana e incluso afianzar estas prácticas en las cárceles.
En su discurso, Alberto Fernández afirmó que la Corte Suprema y la Justicia deben ser replanteadas- ¿Hay antecedentes en otros países sobre estas iniciativas?
- En países como Nueva Zelanda, Canadá, Bélgica e Inglaterra, se ha logrado disminuir los índices de violencia y mejorar las relaciones interpersonales con este tipo de prácticas. Por ejemplo, en el año 2008, en Hull una ciudad inglesa con grandes carencias económicas, de un cuarto de millón de habitantes, que la BBC llamó “el peor lugar para vivir en el Reino Unido”, decidió capacitar a todas las personas que trabajaban con los jóvenes y sus familias en el uso de las prácticas restaurativas, incluyendo los servicios sociales, la policía, las escuelas y otras organizaciones locales. Aunque el programa sigue en curso, Hull ha tenido ya resultados notables en una variedad de indicadores sociales: disminución del número de suspensiones, expulsiones y mala conducta escolar, reducción del ausentismo de alumnos y profesores, mejoras en los puntajes obtenidos en los exámenes en las escuelas, así como reducción significativa en la cantidad de delitos cometidos.
- ¿Creé que estas prácticas son aplicables en Tucumán?
- Por supuesto que sí. Debemos lograr que la ciudadanía cambie el enfoque sobre el modo de resolver los conflictos. Lamentablemente la venganza y el sufrimiento son moneda común en estos días y la gente cree que son el único camino hacia la paz, cuando en realidad vemos que sus efectos degradan día a día el tejido social. La gente asimila al servicio de justicia solo con el castigo sin pensar en la solución del conflicto como otra posibilidad. A diario vemos que la privación de la libertad se usa como primer recurso, aun cuando las leyes internacionales dicen que debe ser el último. Y lo más importante quizás, en toda América Latina no se ven espacios consolidados de atención a la víctima.
- ¿Hablar de la víctima abre una puerta para pensar en la justicia restaurativa?
- La justicia restaurativa ve primero que hay una víctima en un conflicto, delito o crimen. Puede ser una persona, varias, la comunidad. La víctima tiene necesidades e intereses. Es denunciante y testigo. Pero va a las comisarías y allí se la revictimiza. En el fuero penal juvenil, por ejemplo, intentamos que el adolescente o joven asuma la responsabilidad de lo que hizo y lo pueda reparar. No es culpabilizar sino equilibrar. Hacer un bien, limpiar paredes o barrer una plaza. Que reflexione sobre las consecuencias de lo que hizo, del acto, del robo del celular.
- ¿Y qué sucede con las personas damnificadas?
- La víctima no es sólo un objeto: perdió su celular y todos los contactos que tenía en él, sale con miedo a la calle. Eso es lo que el adolescente no entiende. La víctima agradece cuando se la escucha, se le da un vaso de agua y tiene un encuentro con el infractor. El enfoque no es el de “reinsertar al delincuente”, olvidando a la víctima. Si no, ella dice: “le dan psicólogo, le buscan un empleo, lo ayudan y de mí se olvidan”. La reparación en hechos menores puede ser una sincera disculpa. Eso hace sentir mejor a las víctimas. Antes del castigo, la rehabilitación, la protección, lo que se busca con estas prácticas es dar un enfoque a la situación que sea preventivo y proactivo.
- ¿En qué ámbitos podrían implementarse las prácticas restaurativas?
- Las prácticas con enfoque restaurativo que pretendemos trabajar desde el espacio, son aplicables en principio a toda clase de conflictos y aplicables en toda la región, según las necesidades de cada caso particular. El espacio está conformado por referentes argentinos, chilenos y españoles y trabajamos para lograr una justicia que sea más rápida y eficaz. Es decir, una mejor justicia que se encargue de resolver verdaderamente el conflicto y no se reduzca solamente a la compensación o reparación material del daño como viene sucediendo.
- ¿Cómo harán para conseguirlo?
- Pretendemos que el trabajo de campo se organice en ejes temáticos tales como los adolescentes que comenten delito, incorporación de prácticas restaurativas en el ámbito escolar y comunitario. Respecto de esto último proponemos la incorporación y utilización de mecanismos de justicia restaurativa en los códigos de convivencia ciudadana de la región. Asimismo, por iniciativa de la Jueza de Ejecución Penal de Concepción, Alicia Merched, quien es miembro de la Comisión de Justicia Restaurativa de la Asociación de Magistrados de Tucumán, pretendemos afianzar la puesta en marcha de un protocolo para la prevención y resolución de conflictos disciplinarios y fomento de mediación en contexto de encierro. En síntesis, desde el flamante espacio se busca hacer realidad el paradigma de una justicia más cercana a la víctima, pero también a la comunidad y al infractor.