Con una vida itinerante, nutrido con diferentes culturas musicales, Brian Chambouleyron, artista franco-argentino, presentó su nuevo disco “C’est moi!” hace algunas semanas, y luego de giras y presentaciones, le toca regresar a Europa.

C’est moi! es una propuesta ecléctica, festiva e internacionalista, acompañado por Gabriel Spiller en batería, Mono Hurtado en contrabajo y Roger Helou en piano.

Aborda clásicos de la música popular francesa de los años 40, 50 y 60, además de versionar algunas obras italianas y napolitanas de los 50 y 60 y varias otras del repertorio criollo y en español de diversos compositores. En esta oportunidad, también incluye entre las canciones el tema que da nombre al disco, “C’est moi!”, con letra y música de su autoría.

Chambouleyron vive una vida de viajes, con un constante desplazamiento entre Argentina y Europa, y temporadas en otros países como México y Brasil, su repertorio musical es amplio y diverso, no se queda en un solo estilo, experimenta con las diferentes “geografías musicales” como le gusta definirlo, y juega entre composiciones propias y reversiones de temas de otros artistas.

“C’est moi!” es su primer disco grabado en vivo, con todas las dificultades que eso conlleva, por eso, es particularmente especial para el artista.

En una entrevista exclusiva con LA GACETA, Chambouleyron hace un recorrido por su historia, sus dificultades y expectativas.

- ¿Cómo fue el camino de tu carrera musical, cómo empezaste y cómo llegaste a donde estás ahora?

- Inicié de muy chiquito a formarme, a los 6 años empecé a tocar la guitarra y a estudiar música, a partir de eso tuve las primeras experiencias musicales agrupadas, en conjuntos folclóricos, coros, me gustaban mucho las presentaciones frente al público. A partir de los 12 empecé una educación más formal, con conservatorios y profesores particulares. A los 18 tuve mis primeros trabajos musicales profesionales. Viví mucho tiempo en México y Brasil, ahí en Brasil tuve mi primer trabajo de dirección musical en una compañía.

En Argentina trabajé mucho tiempo en música para niños, en el proyecto “ruidos y ruiditos”, que fue muy exitoso.

Luego me empecé a volcar un poco en el espectáculo, con musicales sobre todo, en 2004 empecé mi carrera solista, con la presentación de un disco homenaje a Gardel, en el teatro San Martín.

Desde ahí empezaron mis giras, siempre estoy yendo y viniendo a Europa y cada uno o dos años grabo discos nuevos, en distintos formatos, ya sea solo voz y guitarra, o más sinfónicos con muchos instrumentistas y músicos invitados, o en trío, como C’est Moi.

- ¿Cómo fue el proceso de grabación del nuevo disco?

- Fue bastante curioso, es el único disco en vivo que grabé, nunca me había atrevido a hacer un disco en vivo con los riesgos e implicancias que tiene. Debo decir que siempre me siento mucho mejor en vivo, no soy un músico de laboratorio, me gusta el vivo con el público.

Este registro original iba a ser en realidad el soporte sonoro para los videos del show, tiempo después escuchamos este material y nos dimos cuenta que era muy bueno y sonaba bárbaro, así que me animé a editarlo y hacer la mezcla para sacarlo como un disco.

- ¿Cuáles son tus planes para cuando llegues a Europa?

- En abril vuelvo a Europa, me voy a quedar unos 8 meses. Con mi esposa Francesca tenemos esta vida itinerante, estamos 8 meses en Europa y 4 meses en Argentina. Allá tengo varios planes, voy a participar de algunos festivales que se hacen en el sur de Francia, conciertos en Milán, en España, en Valencia, me armo una agenda de trabajo. También hago presentaciones y cursos para cantantes que doy. Me gusta mucho viajar, buscar la ruta, salir, conocer, vamos pasando y viviendo esta vida que nos gusta.

-¿Cuál fue la mayor dificultad al momento de grabar el disco?

- Sobre todo creo que fue el estrés, los músicos hoy en día tenemos que ser multitasking, tenemos que saber hacer muchas cosas, saber producir, ordenar todos los factores que conllevan la producción. Al momento de grabar, como es en vivo, toda la carga y presión de saber que tenés cámaras que te están filmando y un equipo de grabación de audio, te la jugás todo en una toma para la grabación, la carga y responsabilidad es bastante grande, creo que eso es lo más difícil.

Igualmente, en un momento te olvidás y empezás a disfrutar de lo que está sucediendo, con la energía que se crea del público y va creciendo, esa ida y vuelta que empezás a sentir.

- ¿Qué es lo que más disfrutas de tu proceso musical?

- Normalmente tengo un amor a primera vista por la canción, al descubrirla o componerla, ahí empieza una especie de trabajo a fuego lento, soy muy lento en montar una canción, le busco una vuelta, una versión o una manera de hacerla que me resulte significativa y pueda defender en el escenario. El momento mágico es cuando encontrás ese punto, cuando emulsiona y decís “ahora sí”, es una emoción muy grande, cuando ves que va a ser posible, ese es el momento de revelación y alegría, la satisfacción del trabajo hecho.

- ¿De dónde sale tu inspiración para tus canciones? ¿Qué buscas transmitir con tu música?

- Es bastante difícil saber el origen o la “chispa” de inspiración, es muy azaroso, puede ser caminando en la calle, escuchas a alguien decir algo que te llama la atención, o escuchando una canción, un recuerdo, son muy diversas las chispas de la creación. Trabajo mucho en versiones de canciones ya hechas, y ese camino también es bastante azaroso. Lo que sí es claramente identificable, es cuando sucede esa chispa, algo le dice a tu corazón que “es por ahí”, tenés que honrar esa chispa y seguir el camino. Me gusta crear una comunión, un momento de sensibilización con el público.

(Producción periodística: Belén López Sales)