Las restricciones sanitarias modificaron el escenario en las localidades tucumanas alimentadas por el turismo: sin festivales ya nada fue igual. Le sucedió a Tafí con la trunca Fiesta del Queso y le pasa a Amaicha del Valle, ya que la elección de la Pachamama magnetiza visitantes y al suspenderse muchos de los habitués decidieron rumbear más al norte, para carnavalear sin aforos. No obstante, la comunidad amaicheña no se quedará con las ganas y hoy tendrá su Fiesta de la Pachamama. Sin multitudes y con estrictas medidas de seguridad.
La decisión, tomada a último momento, se basa en que la ceremonia será lo más íntima posible. Sólo podrán ingresar 300 personas y se cambió la locación, de la Bodega Comunitaria Los Amaichas al predio La Pachamama, a dos cuadras de la plaza principal.
“Priorizamos la salud. Teníamos que ajustarnos a esto. Con un arduo trabajo nos medimos y bajamos unos cambios. Para nosotros es una obligación hacer la presentación de La Pachamama. Es íntima porque está pensada en base al protocolo. Con la comisaría se trabajará en conjunto para que no haya ningún problema. Se acompañará con copleras y agrupaciones gauchas. Todo estará relacionado con la gente de la comunidad. No lo queríamos hacer extensivo por el tema de la pandemia”, resume el cacique Miguel Flores.
“Sólo ingresarán 300 personas y con las entradas correspondientes. Irán pasando hasta completar el cupo. Después no entra nadie más. Habrá la posibilidad de que los visitantes puedan disfrutar de la ceremonia a unas cuadras alrededor del predio y apreciar el desfile. Estarán La Pachamama, la Ñusta, los novios en caballos, un ballet y agrupaciones gauchas”, apunta Héctor Navarro, presidente de la comisión organizadora.
La Fiesta se desarrollará desde las 10 hasta las 18. “Montamos un escenario chico. La Pachamama saldrá dos cuadras hacia el norte a realizar un recorrido. Es que ya se trata del segundo año que no se realiza la fiesta original. Hay mucha gente que estaba esperando este fin de semana”, añadió.
La actual Pachamama es Francisca Chaile (84 años, cuatro hijos, dos varones y dos mujeres), conocida como Doña Panchita. Juana, una de sus hijas, destaca que Francisca participará hoy de la ceremonia porque le toca, como tradición, pasar el bastón a la nueva Pachamama. “El año pasado la ceremonia fue sólo para los gauchos de la zona, los caciques, la comunidad y el pueblo. No había nadie más. El Consejo de Ancianos la eligió por sus cualidades. Ella vivió más de 50 años acá. Es de familia de Catamarca, pero cuando era muy pequeña se vinieron a vivir a los cerros de Amaicha”, remarca Juana.
¿Y el carnaval?
“Es un fin de semana raro, atípico. Si estuviéramos liberados habría gente por todos lados. Hay movimiento, mucho más que el año pasado, pero ya nada es lo mismo”, analiza el delegado comunal Paul Caillou. “La plaza debería estar colmada de turistas. Se notaría a pleno el carnaval, la gente jugando y bailando. Pero la realidad es otra. Esperábamos con ansias este fin de semana para oxigenarnos desde lo económico, esto nos daba un impulso para el año. Es un impacto importante”, enfatizó.
“La gente reniega porque la Fiesta de la Pachamama es uno de los atractivos turísticos más importantes que tenemos. Venden sus productos, se promueve el comercio a otro nivel. Este fin de semana largo hay gente, pero nunca se compara con la ocupación de años anteriores. Hay mucha gente que no vino”, aporta Enzo Ayala, secretario de Cultura y Turismo.
Desde el sector gastronómico José Caliva, dueño de una peña, comenta que a pesar de que la actividad es light se sigue trabajando: “a pesar de que no está la Fiesta la gente sí pasa por Amaicha. Por supuesto, que no haya carnaval es raro, todo es distinto. Pero son cosas que pasan y no hay que aflojar”.
En la plaza principal, los artesanos se encuentran desde temprano ofreciendo los productos a los pocos turistas que se mueven por los alrededores. “Estamos dolidos por el tema de la suspensión de la Fiesta. El impacto económico es fuerte y se siente. Yo no llegué a vender ni el 30% de mis productos, cosa distinta hubiese sido si todo se realizaba con normalidad. Acá en el fin de semana de carnaval solían pasar de 12.000 a 15.000 personas. Ahora sólo hay un 15%”, calcula Moisés Jorge Cruz, artesano.
Ayer a la mañana se vieron algunos turistas. Fue el caso de Rocío Escobar, que estaba con su tía y se quedaran en un hospedaje cerca de la plaza. “Ya teníamos previsto el viaje. Conocemos el carnaval y es muy nostálgico ver la plaza tan tranquila sin música. Nada es lo mismo”, resumió.
(Producción periodística: Gianna Camarda)