Si las condiciones de año “Niña” se repiten durante las próximas campañas no resultaría extraño que la superficie destinada al cultivo de poroto y de otras legumbres estivales en la provincia y en la región continúen creciendo con el correr de los años.

La situación de incertidumbre que se genera debido al déficit de lluvias durante los meses de noviembre y de diciembre que se viene presentando durante las últimas campañas provoca que algunos productores desistan de sembrar soja y maíz, y recurran al poroto como una opción atractiva, la última alternativa para que realicen un cultivo estival.

Esto se debe a la ventana de siembra de esta legumbre -de fines de enero a mediados de febrero-. Sin embargo, algunos productores ya incluyeron el poroto en su esquema de siembra habitual, lo cual resulta una ventaja en años de condiciones hídricas como las actuales.

En paralelo a esta situación de expansión que se da en nuestra región, en Brasil -principal comprador del poroto negro que se produce en el NOA-, la siembra de esta legumbre ha ido perdiendo espacio.

Este cultivo está siendo desplazada por el de la soja porque, a diferencia del poroto, con el cual están restringidos a un mercado interno, la oleaginosa les permite a los productores de ese país ingresar a los mercados internacionales con mejores precios.

Durante los últimos años, este escenario generó en ese país la necesidad de que se importe el poroto, con el objetivo de que se cubra la demanda interna de esa legumbre.