La materia prima con la que trabaja Nancy Gay la aporta cada uno de los participantes de sus talleres donde enseña stand up. Comediante y guionista, integrante del staff de “La pelu”, la telecomedia protagonizada por Florencia de la V, entre otras producciones, la actriz dictará un seminario intensivo hoy, a partir de las 9, en el teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras 1.550), para todos los que quieran “sentir la risa del público”.

- ¿Cómo definirías al stand up?

- Es principalmente un género de opinión, que cuando está bien hecho parece una charla entre amigos. Es clave entender que siempre hay que tener un guión al que hay que ceñirse, pero también es muy importante aprovechar el feedback con el público en cada función, porque son ellos los que terminan completando el fluir del material.

- En cuarentena, y todo volcado al streaming, debe haber sido casi imposible desarrollarlo, entonces.

- Todo se puede. Incluso hice dos funciones para Chile en las que la pasé muy bien; pero cuando terminó, apagué la computadora y no había nadie, salvo mi perra durmiendo en el sillón, me sentí extraña. No hay nada que reemplace al vivo, al calor del público, al aplauso, pero creo que se puede combinar. Lo bueno del confinamiento fue que la tecnología nos permite llegar a lugares que no llegaríamos de otra manera. La clave es combinar todas las herramientas y posibilidades. Las redes sociales sirvieron para mantener encendida algunas llamas durante el confinamiento, pero estalla verdaderamente en vivo, en la relación del comediante con su público.

 - ¿Cómo se enseña a hacer reír?

- Hay técnicas específicas del género que se enseñan y se aprenden. Es verdad que el humor se gesta en una edad temprana de las personas. Hay gente que lo tiene más desarrollado y otras menos, pero con técnicas, disciplina y mucho trabajo se puede sacar buen jugo de todas las personas.

- ¿Hay un único humor de stand up nacional o tiene diferencias regionales?

- Cada persona maneja un humor particular según su identidad y su sistema de creencias. El stand up permite profundizar y hacer que cada monologuista sea único en la forma de hacer reír y de transmitir sus ideas. Dicho esto, creo que no hay (o no deberíamos pretender que haya) un “humor nacional” que funcione igual para todos y todas. Puede existir un humor “hegemónico” pero eso tiene que ver con otras cuestiones, como por ejemplo la poca mirada federal en casi todas las cosas. Cada comediante debería hurgar minuciosamente en su mundo interno, en sus más íntimos rincones para generar el material más genuino posible. El humor es una gran herramienta para mover y despabilar pensamientos y estructuras. Luchar por la identidad del comediante es esencial.

- ¿De qué modo se está desarrollando el género?

- Claramente viene pisando fuerte desde hace algunos años, y no para de crecer. La pandemia frenó su desarrollo, como con todas las cosas, pero ahora que estamos volviendo a una especie de normalidad: vemos que la gente de a poco se está animando a ver comedia en vivo. Los comediantes debemos estar atentos a todo lo que pasa a nuestro alrededor para poder tomarlo y sublimarlo a través de los chistes. El humor cambia a la misma velocidad que van cambiando los paradigmas culturales; aunque tiene la posibilidad de tomarse algunas licencias que generan reflexiones o jaques muy profundos. No creo que la corrección política a la hora de hacer humor sea el mejor camino. Hay que saber manejarla para poder transgredir sin agredir.

- ¿La pandemia modificó la temática que se aborda?

- Los comediantes estamos hablando de la pandemia porque nos atravesó como a cualquiera. Hay una frase que dice “tragedia+tiempo=humor”, por lo que es inevitable que el material se haya agarrado covid 19.

- ¿Cuáles deben ser las características de un monologuista?

- La única característica es querer hacerlo. Pero este querer debe ser casi pulsional. De ahí, lo que resta hacer es trabajar mucho el material. Escribir, probar, tachar, fracasar, saber fracasar, probar de nuevo y volver a fracasar, porque el humor se nutre del error y del fracaso. Nadie se ríe del triunfo.

- ¿Hay diálogo e intercambio entre standaperos de todo el país?

- Me parece que sí, y esta actividad generada con Juliana Gonzáles y Sergio Prina es un claro ejemplo. Cruzar lugares es importante porque sólo así podremos romper con el separatismo, tanto porteño como provincialista.