Vladimir Putin (presidente ruso) busca desde el nacionalismo borrar las humillaciones que fueron la caída de la Unión Soviética (URSS) y la impotencia de no haber podido frenar los avances de la OTAN en estas décadas”, explicó la historiadora y especialista en el plano internacional Marcela Jorrat. La docente hizo mucho hincapié en el discurso del primer ministro ruso. “Putin está usando el mismo argumento que usó Adolf Hitler. No comparo personajes, pero sí los discursos. En su reciente argumento, Putin pretende restaurar el orgullo y la grandeza rusa; está usando el mismo argumento que usó Hitler cuando dice que hay rusos en Ucrania que piden que Moscú los proteja. El líder del tercer reich justificaba de manera similar sus intervenciones”, subrayó. Jorrat también marcó el eco de esos discursos nacionalistas: “de ese argumento se desprende que haya rusos que entienden que Ucrania es, por su pasado y por coincidencia cultural, una parte de su territorio”.

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Intereses

El bombardeo a las ciudades ucranianas y la invasión rusa de ayer, al igual que cualquier otro tipo de intervención así, nunca ocurren de repente -según Jorrat- sino que responden a factores que ya se vienen manifestando previamente.

“Hay fuerzas profundas que llevan a esto, entre las que tienen que ver la Historia, la Geopolítica y los intereses de los actores y pueblos”, aseveró. Y en ese sentido, el interés por controlar por el Mar Negro sería uno de los grandes intereses implicados. “Ucrania y Rusia tienen una historia compenetrada. Ucrania y Crimea formaban parte del Imperio Ruso en el siglo XXVIII y aún hoy siguen siendo zonas de interés crucial para Moscú. En aquella época esos territorios le permitían dominar el Mar Negro y salir al Mediterráneo”, detalló.

Política stalinista

“En el siglo XX, siglo de las Guerras Mundiales y de la Guerra Fría, Ucrania y Rusia integraron la URSS, pero durante la política del stalinismo Ucrania fue muy castigada con las medidas de colectivización de la tierra: hablamos de un país muy rico en agricultura que fue sometido a grandes hambrunas”, ilustró la docente. Pero también en esa época hubo otros roces en la relación entre ambos países. “Hubo procesos de rusificación: se le intentó imponer el idioma ruso y una cultura a un país como Ucrania, que tenía hasta diversidad de lenguas por la influencia rumana y bielorrusa”.

Actualidad

“Con la disolución de la URSS en 1991 Ucrania se constituyó como República. Para entonces EEUU se encaminaba a ser el único hegemón y el modelo norteamericano de democracia liberal y capitalismo se fue extendiendo en los países que habían formado parte de la URSS. Varios se sumaron a la OTAN, que fue una alianza que surgió para frenar a la URSS y al comunismo, pero que subsistió tras la Guerra Fría. Hoy, tres décadas después, ya no es EEUU el único polo, y el límite que quiere poner Putin es que la OTAN no incorpore a Ucrania, porque sería una amenaza muy cercana tener tropas o misiles de la OTAN tan cerca de Rusia. Lo que ocurre con la región de Dombás es que fue históricamente poblada por rusos y se oponen a los deseos de Kiev”, contó Jorrat.

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Por otro lado, explicó qué repercusión puede tener este conflicto en nuestro país. “Puede sernos favorable en cuanto al valor de los commodities; pero cuidado, porque nuestra política exterior reciente es muy contradictoria. Acabamos de sentar posicionamiento con Rusia y China, pero a su vez dependemos de Estados Unidos y de un refinanciamiento para el FMI. Es delicado para Argentina en cuanto al escenario de las alianzas que quiso tender”, sintetizó.