El vandalismo que azota el espacio público tucumano preocupa a profesionales de los más diversos ámbitos. Y a medida que se visibilizan los casos surgen aportes en pos de una solución integral del problema. Es el caso del presidente del Colegio de Psicólogos de Tucumán, Roberto González Marchetti, quien propone un abordaje interdisciplinario y con la participación de referentes de la comunidad. “Nuestro Colegio está abierto a participar en una propuesta que debe salir de una mesa abierta”, afirmó en diálogo con LA GACETA.

- ¿A qué atribuye el incremento del vandalismo?

- Son distintos los factores que lo provocan. Una de las causas tiene que ver con el perfil de la personalidad; hay personas que pueden tener rasgos psicopáticos y buscan la destrucción debido al goce que les da esa manifestación de agresividad. Otro factor puede ser social: en lugares donde hay mayor índice de inseguridad habrá mayor vandalismo, porque forma parte de un estado de abandono e insatisfacción. Por otro lado, también está la parte educativa. Se incrementan los actos vandálicos en sectores de baja socialización y de menor nivel de acceso a la educación. Entonces no hay conciencia ni ambiental ni ecológica de lo que implican esos lugares, que son propiedad de todos.

- ¿Y qué pasa con la familia? ¿Influye?

- Sí, también está el factor del entorno familiar, donde se modelan conductas que se toman como ejemplo de romper y hacer daño. Por ejemplo, romper sillas o cosas de la casa y que no pase nada.

- ¿Cómo se siente el vándalo?

- Un incentivo importante es que hay mucho menos miedo a cometer un delito, porque no hay penalidad, entonces eso termina provocando un modelamiento en la conducta para que estos actos se vuelvan a repetir. Si bien en los adolescentes y jóvenes es más preponderante el tema de pintar un espacio público, romper un banco o dañar un cesto de basura, también hay otro tipo de grupos que por ahí provocan daños vandálicos como expresión de una insatisfacción. Por ejemplo, hacer un paro o un corte por diferentes motivos, que pueden ser válidos, provocan vandalismo como quemar gomas o romper las plantas en el lugar donde se desarrollan. Es un fenómeno de descarga de esa insatisfacción.

- Hablemos de la ciudad...

- Tucumán va creciendo a nivel urbanístico y genera estrés la convivencia en una ciudad que parece hacerse cada vez más chica. Y así los espacios públicos también se van haciendo más chicos. Tenemos menos espacio de disfrute y eso genera dificultad. En una plaza conviven los que pasean con la mascota, los deportistas, los que van a tomar mate y los padres con los hijos. Son grupos muy heterogéneos. Vemos que cada vez van poblando más esos espacios porque no hay otras alternativas que puedan descomprimir. Eso va generando roturas por el mismo uso y la falta de mantenimiento.

- ¿Qué proponen desde el Colegio de Psicólogos?

- El vandalismo combatido únicamente por la Municipalidad, mediante la recomposición de los objetos dañados, no es suficiente para disminuirlo. Porque hoy el municipio pinta un banco porque lo han ensuciado y ese banco volverá a ser ensuciado si no se previene. También poner agentes de seguridad urbana municipales no es suficiente. Necesitamos incorporar al patrimonio como algo propio y para eso hace falta la escuela. Hay que remarcar desde el nivel primario hasta el secundario la importancia del patrimonio público, de la preservación del medioambiente, lo ecológico y el reciclado. El problema es que hoy en día, en la escuelas un chico puede romper un banco y no hay penalidad, porque se busca que las familias se responsabilicen y muchas veces esas conductas son avaladas a nivel familiar. Además, precisamos que el Ministerio de Seguridad desarrolle políticas preventivas en aquellos lugares donde hay mayor índice de inseguridad.

- ¿Qué otras iniciativas pueden ayudar?

- Incorporar la participación ciudadana en la inauguración de espacios verdes y plazas. En Tucumán se tiende a diseñar plazas o lugares pensados por el oficialismo de turno, sin la participación de la gente. No lo sienten como propio porque ha sido inaugurado por un político de determinado partido. Entonces cuando se pregunta a los vecinos quién cuida la plaza responden que es un legislador o un concejal. Y no la sienten como propia. Cuando se rompe algo hay que hacerle un pedido al concejal para que lo reponga.

- Incorporar la prevención disminuiría el vandalismo, pero no es una solución definitiva...

- Exactamente. Involucrando al ciudadano, a la educación, la seguridad y la participación de referentes barriales y centros vecinales disminuye notablemente el vandalismo. Por supuesto que hay situaciones que no están planificadas; por ejemplo, en una manifestación puede suceder que se produzcan daños. Esos son actos vandálicos muy difíciles de prevenir. Pero si no se involucra a la Justicia y estas cosas no tienen penalidad económica, las situaciones volverán a repetirse. Está el ejemplo de la plaza Independencia, un caso mediatizado, en el que una parte de la población la toma como propia y otra lamentablemente no la siente así. Dañarla es entonces una forma de expresar una insatisfacción hacia algún referente de la grieta política.

- ¿Piensan formular una propuesta y acercarla a las autoridades?

- El Colegio de Psicólogos está abierto a participar en una propuesta que debe salir de una mesa abierta. Debe involucrar sectores de educación, seguridad, urbanismo, la UNT y la Municipalidad. Hay que incluir referentes políticos, referentes barriales y centros vecinales. Hay que pensar en la creación de un espacio mucho más abierto para resolver este problema del crecimiento del vandalismo. (Producción periodística: Paula Cavanna)

Luz en plazas y calles: una vía para denunciar roturas y robos

Los hechos vandálicos han aumentado notablemente en los últimos años en la ciudad y generan un gran costo al municipio. La semana pasada, la subsecretaria de Servicios Públicos afirmó en conversación con LA GACETA que los daños son variados y que los robos se producen diariamente. La Municipalidad informa a los vecinos que pueden denunciar hechos de vandalismo referidos al funcionamiento del sistema lumínico de calles, avenidas y espacios públicos comunicándose con la Dirección de Alumbrado Público municipal (teléfono: 420-4020).