La cabeza en otro lado, jeje. Eso debe haber pensado anoche Julián Álvarez en su fuero íntimo: dos partidos sin meter goles y la “cátedra” ya osaba sentenciar que su pensamiento estaba lejos del Monumental, orientado preferente o exclusivamente a su (glamoroso) futuro europeo.

Como sucedió varias veces en la pasada Liga, consagratoria para el hombre de Calchín, el ahora jugador del Manchester City salió al rescate de un River que colectivamente todavía deja ciertas dudas. Y lo hizo con un “hat trick”, ante un Patronato al que “tiene alquilado” (le metió un “póker” hace solo tres meses).

El “Patrón” se encontró con un gol tempranero, mitad fruto de que el “Millonario” a veces se complica solo y mitad por un golpe de fortuna (el desvío en Paulo Díaz devino en golazo).

El público reaccionó redoblando la apuesta del aliento, quizá con la precognición de que viviría otra fiesta, tras la rareza que supuso el desconocido deambular de su equipo por Santa Fe, días atrás.

“Juanfer” Quintero también volvió a gritar gol con la “Banda” de penal, para el 4-1.

Pero con dos golazos y medio (el tercero, para él, pareció de fácil factura), el “Araña” fue el protagonista absoluto de la noche. Todavía está acá. Y no puede no ir a Qatar.