LIMA.- La Isla Pescadores forma parte de una reserva natural protegida y luce casi como siempre se ha visto: salpicada por embarcaciones de artesanos y miles de aves marinas hambrientas. La diferencia es que los botes ya no están ahí para pescar, sino para limpiar un derrame de petróleo.

Casi un mes después de que la española Repsol derramó más de 10.000 barriles de petróleo al océano Pacífico mientras un buque los descargaba a una refinería, las aves marinas siguen muriendo debido al crudo. Muchas aparecen flotando sin vida en el agua donde antes buceaban.

El Gobierno peruano prohibió la pesca cerca del derrame, que el presidente Pedro Castillo ha calificado como el peor desastre ecológico en la historia reciente del país. Repsol contrató pescadores para ayudar a limpiar el mar, así como a empresas profesionales.

“Para algunos esto es como que ya pasó, pero todavía vemos los efectos”, sostuvo Giancarlo Inga Díaz, un veterinario de Sernanp (la agencia peruana encargada de las áreas naturales protegidas) que recorre la isla todos los días recogiendo aves. Una de las que rescataron -un guanay blanco y negro- se veía solamente negro. El petróleo había manchado todo su pecho y barriga, normalmente blancos.

Antes del derrame, Isla Pescadores era el hábitat de unas 160.000 guanays, además de una población grande de pingüinos de Humboldt y piqueros. Pero ahora las aves están bajo amenaza por los remanentes del petróleo, los que son más visibles en sus pechos y picos.

“El problema es que cuando acicalan sus plumas, las aves terminan tragándose el petróleo”, explicó Carlos Saldaña, otro agente del Sernanp. Las manchas de petróleo ya no son gruesas y negras como en los primeros días después del derrame, sino que se ven diluídas y marrones, lo que las hace más difícil de detectar.

Miguel Ramírez, un pescador que ahora trabaja para el Sernanp haciendo viajes diarios a la isla, subrayó que están encontrando cada día más aves muertas en el mar.

Las aves de las islas del Pacífico fueron el motor más importante de la economía peruana durante el siglo XIX, después de la independencia de España, ya que el guano -palabra quechua para el excremento de ave- era un importante fertilizante.

Pero el recurso fue sobreexplotado, llevando a la creación de la reserva nacional que recorre el largo de la costa peruana para proteger a las islas guaneras ya sus aves, como la Isla Pescadores.

¿Negligencia?

Repsol informó a Reuters en un comunicado que reconocía que todavía hay animales marinos cubiertos de petróleo. “Siguen existiendo restos de hidrocarburo, sobre todo en lugares de difícil acceso -acantilados y zonas rocosas-, donde continúan las labores de limpieza”, apuntó la emprsa.

Los reguladores peruanos han dicho que Repsol se demoró demasiado en limpiar el derrame, pero la compañía española sostiene que trabaja lo más rápido posible sin reparar en costos. Añadió que el Gobierno no le ha permitido el acceso a zonas protegidas afectadas por el petróleo, como la Isla Pescadores.

Repsol afirma que terminará de limpiar el mar este mes y que recién acabará la limpieza de todo el derrame a finales de marzo. La causa de esta catástrofe ambiental sigue bajo investigación. Se produjo mientras un buque descargaba petróleo a la refinería más grande del país, La Pampilla de Repsol. La empresa ha culpado del incidente a un oleaje anómalo causado por la erupción de un volcán submarino en Tonga, a miles de kilómetros de Perú.

Los fiscales, sin embargo, están investigando si hubo alguna negligencia y han impedido a cuatro altos ejecutivos de la empresa salir de Perú durante los próximos 18 meses.

En el borde de la isla, un barco de pescadores se acercó al de Sernanp, entregándoles un ave enferma. “A ver si pueden hacer algo, acá a la vuelta hay como cuatro más pero están muertas -les dijo un pescador-. Ahí hay un sitio que está lleno de petróleo pero uno no se puede acercar porque la marea está fuerte”. (Reuters)